martes, 18 de diciembre de 2012

Un poquito de esperanza para todos



El 21 de diciembre de 2012, según algunas profecías se acaba el mundo. Ahora resulta que no (mucho mejor) que sólo es un cambio de era ¿Quizá una oportunidad? Quién sabe… A mí me gustaría pensar que sí. No tengo ningún propósito especial para 2013, lo único que le pido a la vida es no perder la ilusión, la esperanza, las fuerzas, las ganas. Quiero poder disfrutar de cada pequeño detalle, de cada instante.
 

El otro día oí a expertos en inteligencia emocional afirmar que hay estudios que demuestran que una palabra o un gesto negativo pesan o afectan cinco veces más que uno positivo. Eso es mucho y da para pensar aún más.
 
Me acaban de enviar la nueva campaña navideña de un marca. Me parece genial. La recomiendo:
 


 

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS

 

martes, 23 de octubre de 2012

Tú no estás enferma, tú lo que tienes es mala leche


Pues sí que es puñetera la enfermedad que padece mi madre: una degeneración cognitiva de origen ‘aún’ desconocido (que digo yo que por lo menos debe de venir del mismísimo infierno) porque nos hace la puñeta a todos bien de bien. Es lo que tienen este tipo de demencias que agudizan todo… Estos últimos días, aunque hay mala leche para mí también, su objetivo ha sido su cuidadora. Y  así vivimos, en un continuo delirio y eso que ella dice que ahora está mejor que nunca ¿Mejor que nunca? JA. Voy a ver si nos hacen descuento en la unidad especializada en demencias por ir en grupo.
 
Resumen de una semana deliraaaante:
 
-          Mi madre (a partir de ahora Mm) que se encuentra divinamente y decide tomarse todos los días una copita de vino y aumentar la dosis de tabaco. Porque, ¿qué sería la vida sin esos pequeños placeres? Por lo menos la copita de vino no la acompaña de la medicación anti sicótica ni tampoco con la del corazón (oye algo es algo)
-          Mm que como está estupenda decide que no necesita señora que la cuide 24 horas al día (como nos recomendó encarecidamente el neurólogo) y se escapa de casa cada vez que su cuidadora va al baño en un gesto de reivindicación de su libertad personal. Ayer mismo en una sola mañana se escapó 3 veces (debe ser que la cuidadora anda algo suelta)

-          Mm que ha decido adelgazar a su cuidadora (todo sea dicho que le sobran unos kilitos) y la lleva a darse un ‘paseíto’ de más de 4 horas cada día!!!!. Por supuesto, cada una va por una acera distinta porque según mi madre (versión no confirmada por la cuidadora) ‘esta’ mujer tiene alergia al sol y Mm necesita el sol porque tiene mucha vitamina D. (Olé sus huevos)
-          Mm que como ha conseguido que la cuidadora (sufridora) pierda algo de peso la sube todos los días a una escalera a limpiar techos y lámparas ¿Y si no puede la pobre mujer? Pues más caminatas!!
-          Mm que le corta el agua a la buena mujer mientras se ducha porque como esta rellenita pues gasta mucha… (Después de tener una charlita con mi madre e intentar hacerle entender…  ya sólo le corta el agua caliente, además me dice que el agua fría tonifica)
-          Mm que no contenta con la caminata diaria decide por las noches hacer un poco de ejercicio para activar la circulación sanguínea. Ejercicios en el descansillo y por las escaleras del edificio, con el consiguiente susto de vecinos y de la cuidadora que no hace carrera de ella.
-          Mm que se enfada con su hija (osea yo) cuando intenta hacerle comprender que no puede hacer lo que le salga del moño (por muy saludable que le parezca) y me reprocha además de mil cosas que la coarte su libertad como persona ( Y digo yo: ¿ la mía ‘ahonde’ estará?) y que en cuanto la pongan la vacuna que la cure ¿? ya puede ir haciendo las maletas esta buena mujer!!
 
Y así una y mil!!!!

viernes, 21 de septiembre de 2012

Bicicleta, cuchara, manzana


Son las palabras malditas que hacen repetir a los enfermos de Alzheimer, o de cualquier enfermedad cognitiva, en los test de memoria. Hace quince días mi madre tuvo que intentar memorizarlas. Sólo las pudo repetir una vez. Yo me quedé sin palabras. Tiene una degeneración cognitiva tipo Alzheimer. Bicicleta, cuchara, manzana…
 
Ya no tengo madre. Sin embargo, tengo la sensación de estar más cerca de ella que nunca. Es curioso. Se han esfumado las barreras de una relación que nunca ha sido ni facil ni buena. Qué enfermedad tan horrible esta que lo borra y lo desdibuja a uno hasta hacerlo desaparecer. Un agujero negro que amenaza con tragarse a todo aquel que esté cerca. No hay cura, ni ayudas que suavicen la condena. Y ella es consciente a ratos, mientras me mira con cariño y me pide perdón… y a mí se me escapan las lágrimas a escondidas. Para ella estamos en 1919 o en 1968, depende del día, y yo hoy no paso de los 19 años. Mi madre se inventa un pasado mejor con una madre que murió del mismo mal. Habita en un mundo donde el Ministro Montoro está detrás de una trama para quitarle su piso, incluso dice que los teléfonos están pinchados por Hacienda. Y yo contagiada de su locura, queriendo creerla y darle esquinazo al Alzheimer, llamo a Hacienda para comprobar si mi madre debe algo que le hubiese despertado semejante delirio. No hay nada…
 
Los afectados por demencias degenerativas sufren una gran variedad de síntomas en su fase intermedia, la más peligrosa: perdidas de memoria, desorientación, paranoias, alucinaciones, insomnio, depresión, euforia, agrasividad, apatía, comportamiento infantil, desnutrición, deshidratación… Según la Comunidad de Madrid mi madre es una persona dependiente, ya no puede estar sola ni un solo minuto. Acaban de recortar las prestaciones sociales que en el mejor de los casos nos llegarían en dos años… Tengo la cabeza que me late con mil sentimientos y el corazón en un puño. Hoy es el día mundial del Alzheimer.
 
Bicicleta, cuchara, manzana

miércoles, 22 de agosto de 2012

Efímeros y frágiles



A la vuelta de vacaciones es uno más consciente de lo ‘efímero’ de la vida, especialmente de las cosas buenas. El recuerdo del mes de julio está aún visible en mi dedo tullidito. No me ha quedado estupendo, todo sea dicho de paso. La movilidad se recupera lentamente y la forma recuerda más a la de un bichejo que a lo que había antes. Qué frágil es todo. Qué frágiles somos ¿Cómo nos puede cambiar la vida en menos de un segundo? Las cosas que siempre pensabas que nunca te pasarían a ti, pues pasan, hay veces que como una apisonadora. Y lo dejan a uno frágil, más consciente que nunca de lo vulnerables que somos. Todo es efímero. Con las desgracias, eso sí, uno se vuelve menos exigente con la vida y con uno mismo (por lo menos mientras te dura el susto en el cuerpo, ya veremos luego)

No estoy negativa, en absoluto. Además ya he hecho las paces conmigo misma. Estoy tranquila. Disfrutando de las pequeñas cosas de lo cotidiano. Aceptando lo que viene y consolándome con aquello de que siempre todo podría ser mucho peor o de que no hay mal que cien años dure (el que más os guste)

No sólo me corté algunas cosillas del dedo (como el tendón, nervios, venas y eso… na’!!) he ‘cortado’ con muchas cosas y también con algunas personas o más bien con la relación que tenía con ellas (yo me entiendo). Estoy más sola, es cierto, pero también más liberada (tranquilos que sigo casada). He cortado un pedacito de cordón umbilical que estaba a punto de asfixiarme.

No sé lo que nos espera el resto del año (yo a la ‘prima’ la veo chunga y el rescate no creo que vaya a hacer honor a su nombre). Sólo espero, como el libro de García Márquez: ‘Vivir para contarla’ y si es aceptablemente feliz y tranquila pues mejor que mejor.

jueves, 26 de julio de 2012

Truenos, rayos y centellas


No me gustan las tormentas con  truenos, rayos y centellas. Un rato antes, me pasa como a los animales, me pongo nerviosa. No falla. Ayer me acosté muerta de sueño y de pronto: unos nervios tremendos en el estómago. Al momento empezó a oler a tierra mojada, a lluvia. Me gusta el olor a lluvia. Me levanté, me tomé una infusión. De vuelta ya en la cama, el cielo se iluminó. Ya está aquí la tormenta y mi perra que entró de un salto a la habitación, le pasa como a mí, animalito. El primer trueno lo esperé con el ceño fruncido. Me levanté y le dije a mi lindo esposo que estaba totalmente sobado y haciendo unos soniditos guturales rarísimos: yo cierro las ventanas del salón y tú baja la persiana de la habitación. Vale, me contestó súper lúcido... Después de cerrar ventanas y persianas, tomarme otra infusión (no sin antes pensar que igual un rayo fríe el micro conmigo al lado, claro), vuelvo al cuarto y me encuentro con semejante estampa: marido que sigue dormido y que le echa por encima el brazo a algo que no soy yo: es la perra, la jodia se subió de un salto a la cama.

Esta mañana ni el marido sabía que había habido tormenta ni la perra se ha dado por aludida…

sábado, 7 de julio de 2012

No sé por qué te quiero...

No sé por qué te quiero, será que tengo alma de bolero… Así empieza una canción que siempre me ha gustado. Y hoy viene al caso, porque celebro el comienzo de nuestra historia de amor (la del hombre que ocupa y preocupa mi vida y la mía). Siete años juntos. Inseparables. Y yo sí que sé por qué te quiero, aunque mi alma se meza al son de un bolero.
No quiero ponerme más sentimental de la cuenta aunque este post lo escriba con una sola mano (me siento como el manco de Lepanto) y vaya de Nolotil hasta las cejas!! Esta semana tuve algo más que un percance y me corté el tendón del dedo pulgar y si hoy estoy aquí, tullida pero con dedo, magullada pero viva es gracias a él. Mi pequeño héroe casero con nervios de acero. Voy a ahorrarme los detalles  del accidente más propio de Viernes 13 que de este blog. Sólo puedo darte las GRACIAS, por ‘salvarme’ una vez más. Te quiero tal y como eres, incluso hasta cuando me ‘das motivos’ para darte con el bolso bien fuerte.
Te quiero por lo natural, campechano y sociable que eres. (Incluso cuando saludas a todos y cada uno de los mendigos, borrachos y tunantes del barrio)
Te quiero por la ilusión que le pones a todo, por tu capacidad de seguir sorprendiéndote con ojos de niño pequeño con el más mínimo detalle. (También cuando me hablas con el mismo entusiasmo una y otra vez del poder de Internet, las redes sociales y las mil y unas frikadas 2.0)
Te quiero por tus manías. (Aunque cuando vayamos por la calle tenga ganas de atarte por tu aversión a los peatones egoístas que usurpan las calles y abusan de los pasos de cebra!!! Vaya cabrones)
Te quiero por no acostarte ni una sola noche sin mí y despertarme cada mañana con mil besos.
Te quiero por escucharme, por consolarme, por calmarme, por darme una seguridad que no creía ya posible.
Te quiero por seguir a mi lado y por construir conmigo esta familia que formamos.
Te quiero por mil cosas más que me llevaría todo un día escribirlas (pero es que me duele la mano…)
Y hoy en un estado bastante lamentable, también quería darle  (con la voz usada de Chavela Vargas) ‘gracias a la vida que me ha dado tanto’…
FELIZ ANIVERSARIO

lunes, 25 de junio de 2012

Desidia... La, la, la


Más de un mes sin escribir. Es mucho. Y no es que no me hayan pasado cosas dignas de mención!!! Llevo una vida al límite digna de las heroínas más intrépidas de las mejores películas de acción. Al límite: de fuerzas, de ganas, de paciencia, de cansancio, de mala leche acumulada… Y como esas protagonistas intento dar esquinazo a mis villanos particulares que la verdad se reducen a mis jefes y a un montón de cifras que no me terminan de cuadrar, pero de eso no voy a hablar, no vaya a ser que me oiga ‘La Prima’ y se vaya a poner más en riesgo de lo que está. ¡Qué vida tan interesante la mía!!! Cuánta acción.

Claro que yo preferiría ser la prota de un telefilme de esos de serie B (o Z) que emiten los fines de semana al mediodía tipo: Perseguida hasta el catre, La heredera de las praderas o incluso Oscura obsesión. Ahí queda eso!

Siempre me pasa lo mismo, llega el verano y yo desfallezco, llego sin fuerzas, arrastrándome como una gusanilla hasta vacaciones. No veo más allá. Tacho los días del calendario. Hoy en lugar de ponerme la ropa interior casi me pongo el bikini. Y es que es ahora cuando los lunes son más lunes y los fines de semana duran lo que un helado.




miércoles, 23 de mayo de 2012

Ante las cifras, humanidad

Últimamente todo se reduce a cifras. La lógica y frialdad de los números (y por qué no la soberbia decimal y la vileza del porcentaje) se han impuesto a la humanidad, a la ética, a la esperanza, a las buenas palabras. Yo soy de letras, elegí letras puras en el Instituto. Buenos tiempos aquellos, qué lejos quedan. Llevo semanas rememorando la ingenuidad de la adolescencia. Me repito cada mañana aquella frase de Kipling que tanto me marcó hace muchos años: Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila cuando todo a tu lado es cabeza perdida; si tienes en ti mismo una fe que te niegan…”

En estos días en los que todos le estamos viendo las orejas al lobo, quiero sacar fuerzas de cada una de las palabras que Einstein dijo sobre la crisis http://queridacandela.blogspot.com.es/2012/05/la-crisis-segun-einstein.html. Y ante la calculadora y cifras de mi jefe, sólo me vienen las palabras de Benedetti:No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo…”
Son los tiempos de la soberbia, la inclemencia, la intolerancia y la insensibilidad. Son los tiempos de una incertidumbre devastadora. Tiempos crueles donde se ve realmente las formas y el fondo de cada uno. Y todo esto dará pie a la generación 'del sálvese quien pueda' o como diría un buen amigo  al 'mariquita el último'.
Yo hoy me quedo con las palabras, los números ya los han elegido por mí.

jueves, 3 de mayo de 2012

Cuando el aire huele a Solán de Cabras


Así me olía el aire en Asturias: a Solán de Cabras. Limpio, puro, con una densidad diferente al aire de Madrid. He estado en Oviedo unos días. Oxigenándome. En todos los sentidos. Dedicándome en cuerpo y alma a las sidrinas y al buen comer. He puesto kilómetros de por medio a este Madrid que me ‘mata’ poquito a poquito. Y así, de paso también me he alejado de lo cotidiano y las rutinas de esta ciudad hermosa y maldita para adentrarme en otros ‘mundos’ mucho menos estresantes y mucho más limpios. Y es que así es Oviedo: con sus calles impolutas, con sus semáforos eternos, con coches con conductores cívicos, con sus perros que no ladran, con gente amable y educada…




La suerte de vivir en una ciudad como Madrid se convierte en desdicha cuando la comparas con otras ciudades, con otras formas de vida, mucho más relajadas y sin duda mucho más sanas. No es que esté renegando de mi tierra (o sí). Madrid y su diosa Cibeles exigen cada día sacrificios más grandes, y entre cargas, obligaciones y deberes nos desenvolvemos, con poco y mal aire, los supervivientes de una urbe estresada y estresante, que te da y te quita y ya no sé yo si a partes iguales.


miércoles, 25 de abril de 2012

La voz usada

El otro día en un reportaje en el telediario, del que no recuerdo casi nada, me llamó la atención la frase del periodista: ‘…con la voz usada’. Qué hermosa. 'La voz usada', me dio para pensar en tantas frases dichas, en tantas historias contadas, en tantas y tantas palabras…

Me hizo pensar en la vida, en las ganas atropelladas, en las esperanzas desencantadas, en el corazón fragmentado, y en todos los sentimientos vividos que a veces nos  dejan la voz ronca, cansada, tanto que te quedas mudo y con un hormigueo en los labios musitas en silencio casi todo. Un rezo. Una plegaria. Un ruego que proviene de una voz usada.

No sé por qué me vino a la mente un libro: La sonrisa etrusca de José Luís Sampedro. Os lo recomiendo.

jueves, 19 de abril de 2012

Ovejas en la cama

El otro día hablando con una amiga sobre el miedo y la incertidumbre generalizados que hay, me comentó que ella se sentía como si hubiésemos retrocedido en el tiempo más de 30 años. Y que tal era esa sensación que ni harta a valeriana conseguía dormirse con lo cual había empezado a hacer lo que le decía su abuela de pequeñita, contar ovejas. Esta es parte de la conversación:

Amiga ovina: Es que no te lo puedes ni imaginar!!! De tanto contar ovejas han terminado quedándose todas en mi cama.
La miro con los ojos como platos (y no es para menos)
Ella que sigue:… Con su pelo, sus ojos saltones (sus ovejas los tienen así) sus dientes roídos, sus pezuñas y su mal olor.
Yo que ya no aguanto la risa: ¿Y no has pensado que igual la oveja es mucho y es mejor un corderito tipo Norit?
Amiga que me mira raro: No te rías!! Que no puedo ni tener relaciones con mi marido en la cama!!
Yo: jajajajaja
Mi querida amiga histérica que hace amago de levantarse.
Yo: Hombre…  Que no es tan malo, siempre podrías podrían ser elefantes. Jajaja

Finalmente le consigo arrancar unas risas (porque, la verdad, ya me estaba preocupando). Nos pedimos unos vinos y brindamos a  la salud del Rey (y porque mi amiga deje de ver ovejas, claro)

martes, 17 de abril de 2012

Una llamada... a la sensatez

He estado tentada estos días en dar rienda suelta a mi lengua viperina (como veis me he contenido) sobre ‘los acontecimientos acaecidos’  a esta nuestra Monarquía (así rimbombantemente). Sin comentarios. Todo lo que pueda decir se queda corto. Pero mira por dónde me han enviado un enlace del blog de Iñaki Gabilondo que os recomiendo: Una llamada a la sensatez. Ha puesto palabras certeras y serenas a lo que creo sentimos todos. Mejor expresado imposible.

Yo que ahora  soy reciente apolítica confesa, una pre-náufraga laboral, con una economía casera incierta más allá del mes que viene y  sin islas (fiscales) donde refugiarme… Me parece más que oportuno hacer una llamada a la sensatez de todos y para todos!!

Y que conste que me está costando callarme lo que 'se' me viene a la mente!!!!

lunes, 9 de abril de 2012

Torrijas y penitencia


Torrijopenitencia. Es el nuevo término, que resume más o menos mi Semana Santa. No me he ido de Madrid, ni física ni mentalmente (aquí incluyo las experiencias extra corpóreas). De ahí la parte de penitencia y lo que derivó en el consuelo ‘torrijil’ con maridaje de vinitos que a su vez derivó en coger el kilo que tanto esfuerzo me había costado perder (durante ‘sólo’ un mes) y ponerme la tarde del domingo de Resurrección como la niña del exorcista y sin cura a mano. Bueno, cada uno se toma la Semana Santa como puede.

Pues eso, que me he puesto tibia de torrijas y ahora hago penitencia en mis propias carnes (eso sí, paso de flagelarme que ya tengo yo bastante). Pero es que algo acorde con la fecha tenía que hacer, porque este año ni procesión, ni pelis tipo Las sandalias del pescador… Ni ná de ná.

Si soy sincera, he descansado. Al menos el cuerpo que se zampó las torrijas sí que ha descansado. La mente ha ido un poco a su bola, como siempre, mi cabecita ha hecho su viacrucis particular:

1ª estación: Yo sentenciada a una y mil penurias
2ª estación: Yo cargando con la marrones de la vida (mi cruz particular)
3ª estación:  Yo que caigo rendida ante las torrijas por el peso de los marrones (cruces varias)
4ª estación: Encuentro con el remordimiento torrijil
5ª estación: Marido que ayuda con mis marrones y con las torrijas
6ª estación: Enjuago mi boca en vino (s)
7º estación: Caigo de nuevo (gastronómicamente hablando)
8ª estación: Consuelo a mis amigos porque hacen lo mismo que yo
9ª estación: Torrija al canto
10ª estación: Me despojo de mis vestiduras (básicamente porque ya no quepo)…

Y así hasta la 15ª estación que es la Resurrección a la que aún no he llegado!!!

(Por favor que ninguna persona se sienta ofendida por las metáforas. Son sólo eso)

martes, 27 de marzo de 2012

Invisible

La mujer invisible
“Hacía ya tiempo que Laura había empezado a hacerse invisible. Tenía esa edad en la que dicen que las mujeres se sienten más serenas y a gusto consigo mismas… Esa edad en el que la piel cede poco a poco ante la gravedad y tiene otra textura. Esa edad en la que ya los hombres no se giran tanto a mirarlas por la calle. Cada vez había menos espejos en su casa: uno en el baño, otro en la entrada. No porque no quisiera verse, es que ya no lo necesitaba tanto. A los cuarenta, Laura sabía que ya no era la de antes. Y no sólo lo había aceptado sino que había contribuido a ello inconscientemente, claro, seguro que como mecanismo de defensa: Laura se volvió invisible.


No sabía muy bien cómo había empezado todo el proceso, en parte se había visto obligada a olvidarse de ella misma…  No fue difícil. Los acontecimientos se encadenaban unos a otros. No había tiempo casi para pensar, ni tiempo para recordar, ni tiempo que perder…”


Así empieza un relato que a mí me gusta mucho y con el que últimamente me siento muy identificada. Me estoy volviendo invisible. Y cuando descubro a alguien mirándome me sorprende y me ruborizo ¿Tengo la autoestima por los suelos? Seguro, algo hay de eso. Hay veces que me miro en el espejo sin verme, tengo la cabeza en mil cosas y para una vez que me tengo justo enfrente no desperdicio el tiempo contemplándome. He perdido las artes de la seducción, me cansan enormemente. No estoy preocupada (es lo bueno de los años) sé que es una etapa que da paso a otra que exploro y exploro en busca de respuestas. Eso es lo que hago delante del espejo. Igual debería detenerme a contemplar mi reflejo: las nuevas arrugas, las canas; detenerme a contar los lunares; tocar esta nueva piel; oler este cuerpo diferente. Hace años que no me miro el trasero y desde ese momento convivimos en paz: yo le ignoro y él campa a sus anchas. No me he vuelto una dejada ni nada por el estilo, simplemente no es el momento. No quiero obsesionarme por mí (más de lo que estoy jajaja), estoy en una etapa de ignorarme (un poquito) antes de llegar a aceptarme completamente.

Para terminar este post de forma positiva, diré como lo hacen las revistas femeninas que: bebo dos litros de agua al día, duermo un mínimo de 7 horas, hago ejercicio de forma regular y cuido mi alimentación.


viernes, 16 de marzo de 2012

La dulce espera

Cuando era pequeña no entendía esta frase: La duce espera. La traducía como ‘lo dulce es la pera’, ‘la Dulce (una mujer rotunda) espera’… Pero no lo asociaba al embarazo y ahora tampoco. Sí es cierto que hay mujeres embarazadas que tienen una ‘dulce espera’ pero no todas, en absoluto.
Y, ¿cómo podríamos llamar a las madres que esperan un hijo en adopción? ‘ Sin dulce: espera y desespera’, porque esa es la realidad de las madres adoptantes: la desesperación, la incertidumbre al cuadrado, la soledad… Lo único dulce que tienen son sus sueños. Sueños de mujeres valientes o inconscientes, quién sabe, que darían la vida por el hijo de otra mujer que desearía no estar ni esperando ni desesperando.
Así es la vida.


lunes, 5 de marzo de 2012

Electroduendes

No sé qué pasa que cuando llevo una época ‘algo alterada’ se empiezan a estropear los electrodomésticos de mi entorno y solemos terminar además con alguna tubería rota y mucha agua de por medio. No me lo he hecho mirar nunca, la verdad. Debe ser como una ‘perturbación de la fuerza’ o que ‘el lado oscuro’ (el mío) tiene una potencia energética que flipas. Eso o tengo unos electroduendes cabroncetes instalados en mi casa. Los fenómenos van desde unas bombillas que se funden (estando yo al lado) o cosas ya más complicadas como la siguiente:

Jueves 02,30 horas de la mañana. Una semana de mierda (como viene siendo costumbre, pero no más mierda que ninguna). Dormidos profundamente, marido, perra y yo. Ruido de estar lloviendo a mares. Me despierto. Voy a cerrar la ventana de la despensa. Abro la puerta y una catarata de agua se me viene encima (catarata, catarata no, pero como si estuviese dentro de la ducha sí). Se inunda la entrada, se inunda la cocina, me inundo yo. Llamo (grito) a mi marido (sigue increíblemente dormido). Marido que viene ágil cual gacela. Marido que resbala y cae al suelo empapado. Le veo romperse la crisma (por lo menos). Grito como una plañidera. Marido más molesto por mí que por el agua o por la caída. Decido ponerme las gafas. Se ha roto la caldera. Toallas y cubos al canto por toda la casa. La perra asoma el hocico, se vuelve a su cesto a dormir (¿intrépida verdad?) Marido descalzo y empapao. Yo empapada pero con zapatillas. 05,00 horas: agua cortada, despensa vacía, el seguro no cubre nada, marido vuelve a la cama, yo intento secarme mientras se me van los temblores.

Mi marido mojado y todo es mucho más optimista que yo y me consuela: ‘cariño, es una suerte que haya pasado estando nosotros en casa, siempre podría haber sido peor’. Hombre yo lo de la suerte, no  lo termino de ver, pero sí es cierto que podía haber sido peor. Y mucho...





lunes, 20 de febrero de 2012

De brackets y deseos

La de la foto no soy yo
Cuando era pequeña me parecía súper pijo y lo más llevar aparato de dientes (ya apuntaba maneras por aquel entonces, por lo rarita). Llegó a tal punto mi fijación que me ponía papel albal a modo de funda en los cuatro dientes delanteros (lo sé, sin comentarios). Algo así como una enana rumana pelín desequilibrada. Estaba tan mona (y tan rara) yo con el súper aparato puesto jugando a las muñecas, pintando y haciendo el gamba por mi casa… Llevaba durante tanto tiempo el papel albal puesto que había veces que tenía hasta heriditas ¡¡¡Qué tiempos tan felices aquellos!!

Diré en mi favor que en aquella época los niños no teníamos mucho con que divertirnos y la imaginación era fundamental para pasar el rato (la mía se desbordó, está claro). Mi imaginación fluía libremente para hacer casitas debajo de la cama, del sofá o dentro del armario; vestidos de muñecas con tapetes de ganchillo y para vestidos de noche: ¡los pañuelos de seda de mamá!!;  estilismos varios y cortes de pelo al pobre perro  (en mi infancia todos los perros del edificio curiosamente iban trasquilaos, no digo más); que se acababa el papel pues a ilustrar libros o la cara de mi vecinita (frita la tenía con tanta ‘mala idea’, aún me lo recuerda)... Y así mil.

La verdad que lo del aparato de dientes me tenía fascinada y me quedaba embobada mirando fijamente  a cualquier compañera que lo llevaba puesto y ya si se comían un bocata de chori de Pamplona con los brakets era lo más de lo más. Deseaba tanto llevar uno… ¡Qué mira por dónde ahora casi con cuarenta años me lo tengo que poner!!! Cómo es la vida. Manda narices, ahora que ya lo tenía superado!! Si ya lo decía mi abuela: Cuidado con lo deseas que se puede hacer realidad.

lunes, 13 de febrero de 2012

Absurdeces varias

El otro día en una comida con amigas, después de contarnos nuestras penas, llegamos al momento ‘Elena Francis’ que nos encanta a todas. Esos momentos donde comentamos nuestros nuevos descubrimientos, superficiales sin duda, pero que nos elevan las endorfinas durante al menos un par de minutos.

Entre risas y consejos, llegamos al punto cumbre donde todas confiesan su último hallazgo y cuál es mi sorpresa que es: el champú de Biotina (champú para caballos) de Deliplus (taaachán). Y yo agudizo la mirada fijándome en sus cabelleras y algo sí que se nota: tienen todas el pelo como ‘Mi pequeño Pony’!!!! Jajaja, qué ataque de risa me dio. No me lo perdonaron y estuvieron machacando con el tema tanto que en cuanto terminamos la comida, llamé a mi ‘churri’ y para Mercadona que nos fuimos. No veía más allá que el champú (y caballos por carritos de la compra). Como no podía ser de otra manera, estaba agotado. De hecho es que se agota cada día. Y yo me sentí absurda: en un barrio que no era el mío (como a 10 kms), con mi ‘Pepe’ con cara de ¿estamos locos o qué?, y con la imperiosa necesidad de comprarme un champú para caballos…

El sábado fui al cine a ver Katmandú, cuando salí del cine, me sentí la mujer más superficial del mundo por lo del champú del día anterior (ni tanto ni tan calvo, debería haber pensado y nunca más apropiado) Hoy ya se me ha pasado la culpabilidad y lo he relativizado todo. Se lo he encargado a una amiga que vive enfrente de Mercadona :) Lo pienso rentabilizar a tope y lavar a la perra con él, o echarle unas gotitas en el agua para las plantas, puedo utilizarlo hasta para fregar el suelo a ver si me crece césped (que aunque sea artificial a mi me vale) y como se descuide mi Sr. esposo ahí no andaremos que no lo lave a él enterito, que ya se sabe que el hombre y el oso…

En fin, tal y como está el patio, un poco de superficialidad equina no viene mal.




sábado, 28 de enero de 2012

Palabras

*bitnavegante
¿Dónde van las palabras que se agolpan con fuerza en los labios  y nunca se pronuncian? ¿Qué ocurre con aquellas que guardamos sólo para nosotros? ¿Dónde se curan las palabras magulladas? ¿Y qué hay de aquellas palabras inútiles, tullidas, palabras sin eco? ¿Dónde se entierran aquellas  que conformaron una promesa que nunca llegó a serlo? ¿Y qué fue de otras que quedaron en muchos silencios?
Hay palabras escritas en la arena que un vaivén perezoso de agua salada las va diluyendo. Palabras bellas de bocas amadas que nunca se han dicho. Palabras que te arañan y devoran el corazón. Hay otras que se quedan como cicatrices y con el mal tiempo se abren y sangran como la primera vez. Palabras memorables que se convierten en dulces recuerdos. Hay palabras en forma de disculpa que con los años uno aprende y asume que jamás serán pronunciadas. Palabras que te cambian la vida y otras que sólo perduran un momento. Palabras no dichas que te retumban dentro por la ausencia... Palabras en gritos, malsonantes, necias, inoportunas. Palabras en susurros, de amor, de chismes, de cuentos.  Palabras como dardos envenenados. Palabras obscenas que encienden chispas de pasiones más obscenas y oscuras. Las hay incendiarias y las hay tan provocadoras que instan a otras tantas. Palabras pensadas como únicas y sin embargo mil veces dichas. Algunas, incluso, se venden al peso. Palabras cómplices, amables, sabias, asombrosas. Algunas son pronunciadas por bocas temblorosas y otras acompañadas de lágrimas. Palabras que te hunden tanto que te asoman al infierno. Palabras que se agradecen en el alma y que no hace falta decirlas porque se intuyen en un gesto.
Hay ya muchas palabras que ni espero ni me creo. Pero las mejores palabras están por llegar...  Palabras que ansío como ningunas otras, de una boquita párvula que me acaricien mis 'entrañas maternales' y aún estando tan lejos en el tiempo hay días como hoy que me llega su eco.

jueves, 26 de enero de 2012

Pues estamos buenos...

Siempre he confiado en la ‘generosidad’ de los extraños (al menos eso me digo a mi misma). En lo que no creo es el la supuesta ‘profesionalidad’ de muchos especialistas, y uno de los gremios en los que menos confío es en el de los médicos (el sector ñampas: albañiles, fontaneros, electricistas… se merecen un post sólo para ellos)

* paperblog
Crónica del desastre:

-          Desde mi operación de piñata, http://queridacandela.blogspot.com/2011/03/yo-tenia.html paso revisiones con el dentista cada seis meses. No tengo ninguno fijo. Soy la paciente de la boca errante. En la revisión de verano todo bien: un empaste y una limpieza. La semana pasada, fruto de mi peregrinaje, me fui a otro ‘profesional’ con la esperanza de que fuera el definitivo. Después de una hora de revisión, el ‘estado fatal’ de mi boca ascendía a casi 2.000€ entre curetajes, microcirugías, cambios de empastes y demás. Llegué a casa hiperventilando desconsolada por la pasta y por los meses que me esperaban. Es el fin – pensé- a este paso en diez año estoy con dentadura postiza. Ayer me di de alta en la póliza dental de mi churri (no sé por qué no se me había ocurrido antes con lo lista que soy yo para otras cosas…) Veredicto del dentista del seguro: limpieza bucal y revisión en 6 meses. ¿Y ya? Pues sí y ya. Casi le doy un beso en los morros. Además era muy majete, que se agradece cuando un extraño tiene metidas sus zarpas en tu boca. Me han dado ganas de llamar al de los 2.000 y decirle cuatro cosas. Aún no lo tengo descartado…

-          Desde hace un par de años sufro de dolores de cabeza, y cuando digo cabeza es de la  cabeza entera, me duele hasta la mandíbula y por qué no decirlo hasta los dientes. El caso, hasta donde mi limitada inteligencia llega, entiendo que todo esto está producido por tensiones varias y estreses particulares, algo que le pasa a mucha gente… Decidí ir al neurólogo por descartar males mayores: por ejemplo, algún tumor que me esté devorando el cerebro. Pruebas realizadas y tumores descartados, el neurólogo me extiende la receta: tómate estas pastillas durante un mes y vuelves a consulta. Ilusa de mí cojo la receta y leo algo así como Deprelio y comento graciosa: uy si esto suena a antidepresivos. A lo que él responde tajante: te los tomas un mes y vuelves. ¿Antidepresivos? Pero si el menor de los efectos secundarios que tiene es que me pueden agudizar los dolores de cabeza!!!Entonces, ¿qué?, ¿qué me puede doler la cabeza pero al menos estaré feliz? Pero si no le he contado ni mi vida ni mis penas (ni se ha leído este blog…) además que iba yo monísima a la consulta. No me tenía que haber fiado de un neurólogo que tiene tics nerviosos… Como soy de naturaleza preocupada (eso sí) pues ya tenía yo un 'come come' con esto de la depresión, a ver si iba a ser verdad, que yo un poco Mariangustias sí que soy. Reconsultado con mi médico de cabecera, me confirmó el ‘cuestionable’ tratamiento indicado por este gran profesional y los grandes efectos secundarios… Conclusión: que se las tome él (vía rectal si es posible) a ver si le convierten en mejor médico, más agradable o al menos le quitan el tic.

Manda huevos!!

miércoles, 18 de enero de 2012

La puerta...

Tengo una extraña fijación con las puertas. Soy muy crítica con ellas. Ante mis ojos una casa o espacio pierde puntos (hasta desaparecer) sino me gusta su puerta. Me lo haré mirar porque seguro que se trata de algún trauma infantil… El caso es que no las discrimino porque sí, tengo mis criterios: me gustan, me espantan o en cuanto puedas debes cambiarlas!!!

Está reflexión no es fruto del aburrimiento, es que sinceramente creo que se menosprecia la ‘importancia de una puerta’. El otro día (hacía un frío del carajo), sin ir más lejos, mi flamante esposo y una servidora estábamos en una ‘tasca/bar’ tomando unas tapas de pie casualmente al lado de la puerta. Deliberábamos sobre cuál sería una buena prueba a la hora de contratar a alguien… (llevo unas semanitas finas con temas laborales). El local se empezó a animar y a entrar gente. El resultado fue el siguiente: el 99% de los que entraron de hasta 35 años, ni se preocuparon ni se ocuparon de  cerrar la puerta ni al entrar ni al salir (que por cierto necesitaba de ayuda para cumplir con su función). El 95% de las personas de a partir de 35/40 años sí se ‘preocuparon’ de la puerta. El 100% de los vendedores que entraron en concreto (1 negro, 1 chino y 1 indio –y que suene a chiste ni a ningún tipo de menosprecio-) comprobaron concienzudamente que la puerta estaba cerrada. Entre vino y vino lo vi claro: a los próximos candidatos que tenga que entrevistar no la hago sin varias puertas presentes. Que cada uno saque sus propias conclusiones…

Lo que sí es cierto es que en la vida hay veces  que hay que cerrar puertas para que otras se abran. Hay puertas que jamás se deberían cerrar a nadie y puertas que nunca deberían abrirse. Hay puertas sólo de entrada y puertas sólo para emergencias. Hay otras que necesitan de ayuda constante para estar abiertas. Hay puertas que te dan en las narices. Hay puertas con pomos muy altos para que no puedan ser abiertas por aquellos que no llegan. Hay puertas y puertas…