domingo, 5 de junio de 2011

Tortugas, agujas y vacas sin cencerro

Que últimamente ando como vaca sin cencerro o como pollo sin cabeza, no es ningún secreto. Cosas de la vida, de la vida de los adultos, claro.

El otro día fui a hacerme una sesión de acupuntura, a ver si entre aguja y aguja encuentro o la cabeza o el cencerro. No encontré ni lo uno ni lo otro, pero sí un poco de paz que ya es bastante. Por unos instantes me sentí relajada, tranquila, a salvo, seguramente no fueron la agujas (o quizá algo sí que tuvieron que ver, vete tú a saber). La consulta era una casa enorme, con las paredes pintadas como si fueran el fondo del mar... Ningún sonido entorpecía mi voz. Olía a moxa (parecido al incienso que a mi tanto me gusta). En frente de mí estaba la Doctora, atenta, amable, entrañable. Se me escaparon las lágrimas, fue sin querer, ella me cogió las manos por las muñecas con fuerza pero sin llegar a hacerme daño, todo lo contrario. "Te preocupas demasiado", me dijo, "es tu naturaleza". Me tumbé en la camilla, olía a jabón de Marsella, sólo me puso cuatro o cinco agujas durante no más de cinco minutos, cuando me las quitó no me quería ir. Estuve a punto de decirle alguna barbaridad tipo: ¿me puedo quedar con usted?, ¿me quiere adoptar aunque solo sea una temporada?, ¿la puedo llamar para que me coja las manos de vez en cuando?, ¿puedo volver mañana? En lugar de eso para prolongar el tiempo le pregunté si podía ir al baño (no se me ocurrió nada mejor). Había una tortuga pintada en el baño mirándome a los ojos mientras hacía pis, no me importó, le sostuve la mirada. Seguramente en otro momento me hubiese reído de lo absurdo de la situación.

Desde entonces llevo pensado en poner un anuncio: Se busca señora mayor encantadora, que haga sopas ricas en invierno y croquetas, que sujete las manos con fuerza a mujeres treintañeras desbordadas, que en verano siempre tenga gazpacho recién hecho en la nevera para refrescarte de la 'caló', que huela a limpio y a jabón de Marsella e imprescindible que tenga tortugas 'mironas' pintadas en el baño.

6 comentarios:

Dani Seseña dijo...

Qué gozada leer algo así por aquí, por este universo donde la levedad supera a... "la sujeción de manos". Me encanta tu post entero, pero me quedo con este momento: "¿me puedo quedar con usted?, ¿me quiere adoptar aunque solo sea una temporada?, ¿la puedo llamar para que me coja las manos de vez en cuando?, ¿puedo volver mañana? En lugar de eso para prolongar el tiempo le pregunté si podía ir al baño (no se me ocurrió nada mejor)"... Sublime juego de drama - desdramatización del asunto. ¡Gracias!

Claudia Cano dijo...

Hola Candela!
Gracias por visitar mi blog. Estuve leyendo algunos de tus relatos y me gustan muchísmo, como escribes, la originalidad de las historias breves que cuentas, he reído y me he emocionado, (estoy un poco blandengue de alma, y muy sensible, malitos tiempos). Últimamente no estoy leyendo nada por problemas de vista cansada y como estoy pintando, fuerzo bastante mis ojos presbicios.
Te seguiré, si se duplica mi seguimiento es porque no me termino de enterar de temas blogueros, mis conocimientos son muy elementales.
Yo también quisiera una señora mayor encantadora que haga sopas ricas..., dada mi edad, la señora tendría que ser bastante mayor.
Saluditos!

Claudia Cano dijo...

Tu blog no me permite seguirte con mi foto, no me entero...
Sale mi icono con esa imagen gris, anónima, que no me gusta, qué pena!

Candela Guevara dijo...

Hola Claudia,

La verdad es que entré en tu blog por recomendación de una persona a la que quiero mucho. Le he dado tu enlace a gente de la ofi y amigos porque me parecen maravillosos tus 'cuadros en movimiento'. Por la foto ni te preocupes, yo tampoco soy ninguna experta en esto de los blogs.

Prometo avisarte si encuentro a alguna Sra. encantadora para ti.Me alegro mucho de que te haya gustado lo que escribo y de que te hayas emocionada (ya creía que era una especie en estinción).

Un abrazo grande

Celia dijo...

Hola Candela, hoy una amiga me ha hablado de tus pequeños y maravillosos escritos; tu sopa de gallina me ha traido un recuerdo de un final y un principio de mi vida, no puedo dejar de llorar, llorar de puro sentimiento. Gracias por recordarme a un ser maravilloso que me dió el valor para agarrar la vida con las dos manos, valor para dejarme amar y desnudar mis sentimientos sin ningún pudor. Quisiera que alguien como ella me cogiera las manos en estos momentos.
Gracias Candela por tus escritos que hablan desde el corazón.

Un abrazo.
Celia

Candela Guevara dijo...

Hola Celia, bienvenida. Muchas gracias a ti por tus palabras, con ellas hoy me he hecho una 'sopa de letras'. No te digo más... Empiezo a creer que la vida esta llena de Señoras encantadoras espontáneas, las puedes encontrar en una dependienta amable, en una vecina que te da un beso, en un médico que ve más allá del síntoma, en el personaje de un libro o una película, o incluso en un post... Sólo hace falta saber encontrarlas.

Gracias nuevamente por tus palabras.
Un abrazo