jueves, 19 de febrero de 2015

VIDAS AJENAS


De pronto, te das cuenta. No eres tú. Ya no. Apenas puedes reconocerte. Unos ojos, hasta ahora extraños, te devuelven un reflejo distinto de ti. Te miras. Te tocas. Lames la piel que un día fue tan tuya, tan suya. Intentas recordar el olor, aquel olor, el tuyo, el suyo. No eres tú. Ya no. Te desnudas frente al espejo. Sonríes. Acaricias la piel, el cuerpo, el pelo… Te detienes en el cuello, en ese que un día fue tan tuyo, tan suyo. Se te eriza la piel, esa que ya no es la tuya. Te metes un dedo en la boca. No sabe a ti. Intentas recordar el sabor, aquel que era tan tuyo. No eres tú.



De pronto, te das cuenta. Sí eres tú. Lo eres más que nunca. Quizá hayas vivido demasiadas vidas ajenas.  Tal vez, aquellos otros ojos nunca te devolvieron un reflejo tan cierto, el tuyo y no el suyo. Vuelves a mirarte, a tocarte, a lamerte, a olerte. Cierras los ojos. Eres tú.

martes, 9 de septiembre de 2014

Never say never


Nunca digas nunca jamás. Nunca juzgues. Nunca digas este culo no es mío ni de esa agua no beberé. Porque más pronto que tarde terminarás como los peces en el río, que beben y beben y vuelven a beber.
 
Pero qué bonito es que la vida te demuestre que lo que antes hubiese sido nunca ahora es más que tal vez. Qué maravilla poder ser tan flexibles para tragarnos todo y probar lo que antes nunca te hubieses permitido. Qué bonito es que alguien que nunca te hubieras imaginado te emocione hasta los huesos, te haga temblar, te robe el sueño y atrape tus pensamientos. Tan imposible como cierto. Tan inalcanzable como hermoso. Tan difícil y tan real. Una canción suena de fondo.


Never say never...

jueves, 4 de septiembre de 2014

Sintetizando que es gerundio


Tengo un problema con las maletas. Lo mismo me pasa con los bolsos. No sé sintetizar. Estoy en ello. En serio que lo intento, pero soy la reina del ‘por si’. Es ver una buena maleta, grande, con sus ruedas y pensar que me puede caber la vida entera. Y, ¿un bolso grande? Pues lo mismo, incluso peor, ¡qué cada día es una aventura oiga y una tiene que ir bien preparada!!! Yo veo una maleta y pienso: a ti guapa que no te farte de na’. Soy consciente de que lo que yo entiendo por sintetizar en realidad es poner poco pero más variado.
 
Me he dado cuenta que lo mismo me pasa con el monedero. El otro día me obligué a reducirlo a la fuerza. Me compré uno más pequeño. No queda otra, me dije. El resultado: ahora llevo dos monederos minúsculos que nunca encuentro en un bolso enorme que no me atrevo a disminuir por si… Ni qué decir tiene que no me acerco a las mochilas que yo soy muy capaz de producirme una lesión de espalda.
 
Tengo una maleta que no toco, siempre está y estará a rebosar, petada. Una maleta llena de libros. Manuales de supervivencia, la enciclopedia de la vida, seguros de subsistencia, instrucciones de uso y disfrute, convenios que regulan recuerdos y muchos, muchos contratos vitalicios con otros tantos anexos por si se me ocurre cometer el mismo error dos veces.

La última maleta que hice conseguí 'llenarla' con poco, lo justo y un poquito más. Cuando llegué a mi destino eché de menos cosas, pero me sentí ligera, abreviada. Respiré hondo y disfruté del aire y del espacio.

jueves, 28 de agosto de 2014

NO es NO


Dicen que saber decir NO es propio de la madurez. Yo creo que lo es más el saber aceptar un NO sin que pasa nada. Cero dramas. NO es no. NO, no significa: estoy confundida, tampoco que necesito un tiempo, ni que esté hormonalmente inestable, ni dolida, ni loca, ni pedo, ni gilipollas, ni egoísta… Aceptar un NO, no es moco de pavo –ni de pava-. La mayoría de los NO que se pronuncian se basan en la experiencia, en sentimientos, en hechos concretos, algunas veces son fruto del miedo –claro que sí-. Puñetero monosílabo que se enfrenta a egos descomunales!!
 
Intento practicar la asertividad tanto como me dejan. Porque aunque, NO es no, hay personas que no terminan de entenderlo. Hay momentos en la vida que uno no tiene demasiadas opciones, sólo queda seguir y tragar monosílabos a tutiplén. Pero hay otros en los que decides qué quieres hacer y qué no y sobre todo a quién quieres en tu vida y a quién no. Y no debería pasar nada. NO es no. No le demos más vueltas.
 

miércoles, 9 de julio de 2014

Las mujeres de mi generación: hermosamente reales


Hace más de diez años Santiago Gamboa escribió el siguiente artículo que hoy sigue tan vigente como entonces y a mi parecer aplicable, a toda mujer madura, independientemente de la edad... Aquí os lo dejo:
 
Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cuarenta y pico, incluso cincuenta, y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente reales.
 
Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento. Qué importa... Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como una ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante.
 
¡Qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación! Nacidas bajo la era de Acuario, con el influjo de la música de Los Beatles, de Bob Dylan... Herederas de la "revolución sexual" de la década del 60 y de las corrientes feministas que, sin embargo recibieron pasadas por varios filtros, ellas supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción. Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar de que le cantaron unas cuantas verdades, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño o a cambiar el rollo de papel higiénico cuando este, trágicamente, se acaba, y decidieron pactar para vivir en pareja, esa forma de convivencia que tanto se critica pero que, con el tiempo resulta ser la única posible, o la mejor, al menos en este mundo y en esta vida.
 
Son maravillosas y tienen estilo, aún cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan. Usaron faldas hindúes a los 18 años, se cubrieron con suéteres de lana y perdieron su parecido con María, la Virgen, en una noche loca de viernes o de sábado después de bailar. Se vistieron de luto por la muerte de Julio Cortázar, hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo, bebieron ron cubano y aprendieron de memoria las canciones de Juan y de Pablo. Adoraban la libertad, algo que hoy les inculcan a sus hijos, lo que nos hace prever tiempos mejores, y, sobre todo, juraron amarnos para toda la vida, algo que sin duda hicieron y que hoy siguen haciendo en su hermosa y seductora madurez. Supieron ser, a pesar de su belleza, reinas bien educadas, poco caprichosas o egoístas, diosas con sangre humana. El tipo de mujer que, cuando le abren la puerta del carro para que suba, se inclina sobre el asiento y, a su vez, abre la de su pareja desde adentro.
 
La que recibe a un amigo que sufre a las cuatro de la mañana, aunque sea su ex novio, porque son maravillosas y tienen estilo, aún cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan, pues su sangre no es tan helada como para no escucharnos en esa necesaria y salvadora última noche en la que están dispuestas a servirnos el octavo whisky y a poner, por sexta vez, esa melodía de Santana. Por eso, para los que nacimos entre las décadas del 40, 50 y 60, el día de la mujer es, en realidad, todos los días del año, cada uno de los días con sus noches y sus amaneceres, que son más bellos, como dice el bolero, "cuando estás tú"... ¡Qué bellas son, por Dios, las mujeres de mi generación! Y si es más de 45... a medida que avanzo en edad, valoro las mujeres que tienen más de cuarenta y cinco, más que a cualquiera.
 
Aquí hay algunas razones de por qué. Una mujer de más de 45 nunca te va a despertar en la mitad de la noche para preguntarte "¿Qué estás pensando?"
 
No le interesa lo que estás pensando. Si una mujer de más de 45 no quiere mirar un partido de football ella no da vueltas alrededor tuyo. Se pone a hacer algo que ella quiere hacer y generalmente es algo mucho más interesante. Una mujer de más de 45 se conoce lo suficiente como para estar segura de sí misma, de lo que quiere, y de con quién lo quiere, son muy pocas las mujeres de más de 45 a las que les importa lo que tú pienses de lo que ella hace. Una mujer de más de 45 ya tiene cubierta su cuota de "relaciones importantes" y "compromisos". Lo último que quiere en su vida es otro amante posesivo.
 
Las mujeres de más de 45 están dignificadas. Es muy raro que entren en una competencia de gritos en el medio de la ópera o en el medio de un restaurante caro. Por supuesto que si piensan que te lo mereces no van a dudar en dispararte un tiro. Las mujeres de más de 45 son generalmente generosas en alabanzas. Ellas saben lo que es no ser apreciadas lo suficiente. Las mujeres de más de 45 tienen suficiente seguridad en sí mismas como para presentarte a sus amigas. Una mujer más joven puede llegar a ignorar hasta a su mejor amiga.
 
Las mujeres se vuelven psíquicas a medida que pasa el tiempo. No necesitas confesar tus pecados, ellas siempre lo saben. Son honestas y directas. Te dicen directamente que eres un imbécil si es lo que sienten sobre ti. Tenemos muchas cosas buenas que decir de las mujeres de más de 45 y por múltiples razones. Lamentablemente no es recíproco. Por cada impactante mujer de más de 45, inteligente, bien vestida, sexy, hay un hombre de más de 50... pelado, gordo, barrigón y con pantalones arrugados haciéndose el gracioso con una chica de 20 años.
 
 Señoras, les pido perdón por ello...

 

martes, 22 de abril de 2014

Así vamos


Recibo un premio en unos días por una campaña en la que nunca creí del todo. Irónico. Me la repampinfla. Ni sé dónde se celebra, ni tengo preparado discurso, ni tampoco vestido. Creo que a mi jefe le voy a matar a disgustos!!

Estoy desconocida y encantada de haberme encontrado en este dejarme llevar. Lo bueno de cuando te pasan cosas en la vida, de esas de las de verdad, es que todo es muy relativo y mucho menos dramático. 

Este año he pasado de procesiones, de costaleros y sobre todo de penitentes. Me he vuelto a ir de vacaciones sin saber muy bien dónde pero sí con quién. Tengo dos triangulitos blancos en el pecho donde antes ponía ‘cerrado por derribo’, que dan fe de ello.


Ahora formo parte de una familia que no me han impuesto. Una familia tan atípica como auténtica, con madres suplentes, hermanas del alma, cuidadoras de madres que no cobran, vecinas que te hacen torrijas, tíos atentos que te llaman para saber qué tal estás si un día te ven con ojeras, primos que te dan clases de lo que sea, y amigas de esas incondicionales con las que quedarte 'en pelotas' para bailar bajo lunas rojas.


Estoy decidida a arriesgar aunque sepa que me voy a equivocar, porque hay veces que el camino que te lleva es mil veces más interesante que el propio final.
Y mira por dónde, emprendiendo un viaje increíble, he descubierto que el olvido no me sienta tan mal.

domingo, 23 de marzo de 2014

Dignidad


Vivir significa estar disponible para el dolor, para las derrotas, pero también para las victorias y los milagros. Vivir significa estar disponible para todo lo que pasa cada día. Hoy murió Adolfo Suarez como consecuencia de la misma enfermedad que padece mi madre. El viernes le quitaron un riñón a la madre de R., tiene cáncer. El mismo viernes al padre de S. le vaticinaron unas pocas horas más de vida, ahí sigue el hombre. M. ha perdido el bebé que esperaba, una vez más… Así es la vida, ni más ni menos.
 
Anoche nos manifestamos todas por la DIGNIDAD, como miles de españoles. Nos manifestamos porque hay cosas que no podemos elegir, pero hay otras que sí. Nos manifestamos por el derecho a una vida digna para todos. Porque no podemos elegir como morir, por desgracia, pero vivir… Joder, vivir dignamente es un derecho. No deberíamos permitir que nos lo quitara nadie.
Hoy no para de retumbarme en la cabeza aquella canción de campaña: Vota CDS, vota libertad. Suarez presidente, democrático y social. Seguramente si, Suarez, hubiese sido consciente de cómo han sido estos últimos años en España, el país por el que luchó tanto, le hubiese dado un infarto. Sin embargo, ha muerto sin memoria, ni recuerdos, invisible ante el espejo. Ha muerto de demencia, de una degeneración cognitiva que le arrasó la vida, lo mismo que a este país.
 

martes, 11 de febrero de 2014

Hoy tengo ganas de...


Sol. Un beso largo, sin prisa. Nadar en una piscina sola y en silencio. Una tarta de zanahoria. Darme un paseo por algún monte. Una sopa de cocido para cenar. Que me mordisqueen el cuello. Una copa de vino contigo. Volver a escuchar esa canción. Que me agarren con fuerza. Oler el mar. Una ducha de media hora. Hacer el bichobola en el sofá. Reírme hasta llorar...

domingo, 9 de febrero de 2014

En pelotas


Hay veces que te quedas en pelotas cuando menos te lo esperas, bien porque la vida te lo quita ‘todo’ de golpe o bien porque eres tú quien lo decides. En mi caso ha sido por las dos razones. Últimamente ando más en pelotas que con la ropa puesta. Y, ¿sabes qué? Todo pesa menos. Me he desnudado tantas veces en los últimos meses que creo que empiezo a padecer algún trastorno exhibicionista.
 
Mostrarse tal y como es uno, sin nada que lo oculte, sin nada que camufle sus miedos, sus taras, sus manías, su verdadera historia es liberador.
 
Transparente y nítida. Así me siento.  En este despelote literal he descubierto piel, cuerpo y alma que desconocía. Y lo mejor de todo he dejado que me vean desnuda, tal y como soy, sin falsos pudores, sin más miedo que el imprescindible. He sonreído aliviada porque mi reflejo en otros ojos me ha devuelto una imagen sorprendente, algo que no esperaba a estas alturas.
 
Hay veces que quedarse con el culo al aire, es muy sano. Quién sabe, siempre puedes redescubrirte.
 

jueves, 26 de diciembre de 2013

Vivre avec passion


Quizá sea cierto. Quizá el idioma de la pasión sea el francés. Peut-être que oui. No, no he aprendido ningún idioma este año, pero otras muchas cosas sí. Porque hay veces que  podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante. C'est la vie...
 
Si cierro los ojos y respiro hondo, sólo deseo:
 
Mandar a paseo los malos rollos y elegir siempre el lado bueno de la vida. Arriesgar sin llegar a chamuscarme o tal vez, sí. No quedarme nunca más con las ganas, con ese vacío que devora por dentro. Dejarme llevar, como el viento porque al final siempre hay algún sitio sorprendente para aterrizar, ahora lo sé. Aterrizar en tierra desconocida y bailar como si nadie te estuviera viendo. Reír, soñar, disfrutar y amar, como si nunca te hubieran herido, como si nunca hubieras estado más muerta que viva. Porque siempre hay tiempo de volver a empezar y 2014 es tan buen año como cualquier otro. Eso seguro.
 
El éxito de 2014 será atreverse. Respira hondo y déjate llevar.
 
 
 
 

jueves, 12 de diciembre de 2013

Descubrir


Me confieso poco amante de las sorpresas… Pero ha sido en  este  2013 desconcertante y acompasado cuando  he descubierto para mi estupefacción un montón de cosas que me han devuelto al mundo. Veamos:

- La amistad. Lo mejor de este año, sin duda

- Viajar sin saber dónde iba. No me lo creo ni yo

- Ir a un concierto de Ara Malikian en la sala Clamores a la salida del curro. Tres horas de concierto…

- Volver a ver a Ara Malikian. Sin comentarios

- Irme ‘de copas’ después del curro y acostarme a las 3, en el sofá.
 
- No caer desplomada en el ordenador al día siguiente y escribirme una presentación en inglés (o en algún idioma parecido)

- Ir a un concierto de El Chojin (rapero) con gente diez años más joven que yo!!! Flipé

- Bailar, bailar, bailar, ¿rap?

- Salir los domingos: aperitivo, comida, cine, exposiciones…

- Me piqué y competí en Pilates con una veinteañera pedorra. Mal, lo sé. Pero ganéeee!!!!!

- He pedido ayuda. Más de una vez

- He dicho que no. Más de una vez

- He dicho que sí. Muchas veces
 

También me han pasado las peores cosas de mi vida en este año. Cosas que no le deseo a nadie. Pero no voy a hablar de ninguna de ellas. Como dice El Chojin (del que ahora soy súper fanfatal) en uno de sus temas: tengo el valor del que pierde, entrena y vuelve. Sin duda, sea lo que sea, hay algo que siempre nos obliga a seguir. Y haciendo camino al andar descubres tantas cosas...



Por si no le conoces:
 
 

martes, 3 de diciembre de 2013

Bienvenida Mrs. Robinson


Llevo una temporada de sarao en sarao y de fiesta en fiesta. No a la Ava Gardner más bien currando como una ‘pringuin’. O lo que es lo mismo: cero glamour y a tope de ojeras. Pero como dice mi jefe, no estoy para decir que no...
 
Días enteros rodeada de un equipo de jovencitos en los que jamás me hubiera fijado -salvo para recordarles que merienden-. Hasta que una de mis hormonas le dio por revolucionarse, y así de un modo casi frenético contagiar al resto. Resultado: hormonas totalmente alborotadas. En mitad de esta rebelión interior, sofocada y aturdida, levanté la vista o mejor dicho miré con otros ojos. Vi. Y me vieron.
 
Los hombres jóvenes realmente son refrescantes, claros, directos, tiernos. Su piel, su olor, su tacto es diferente. No se andan por las ramas. Cuando me refiero a hombres jóvenes hablo de hombres de veintitantos… Sí, sí, sí. Increíble. No me avergüenza en absoluto. Tengo claro lo que hay y lo que no también. Pero, ¿cómo resistirse a tremenda tentación si realmente tampoco tienes por qué? Mirar de frente, sin ruborizarse y descubrir que gustas y no solo a uno sino que tienes donde elegir además… Oh my God! No, no me voy a convertir en una auténtica cretina, ni tampoco en una Anita Obregón cualquiera, es lo bueno de mi edad y de ser consciente de ella. Desde el más absoluto asombro, sólo puedo sentirme halagada.


No ha pasado nada y a la vez ha pasado tanto. Sigo siendo yo, pero ahora el espejo me devuelve un reflejo mucho mejor, más nítido y con más color. Con esto no quiero decir que necesites de un hombre joven, o no tanto, para sentirte mejor, en absoluto. Pero de vez en cuando, sólo de vez en cuando, todas deberíamos 'poder' sentirnos así.

 

jueves, 7 de noviembre de 2013

Quién te hubiera dicho!!


¿Recuerdas cómo era tu vida hace 10 años ó 5?
¿Te hubieras podido imaginar las cosas que te han pasado?
¿Cuántas vueltas ha dado la vida?
¿Y las que has dado tú?


¿Te acuerdas de cuando eras mucho, pero que mucho más joven y te imaginabas de mayor?
 
Quién te hubiera dicho…

viernes, 18 de octubre de 2013

Intocables


Dice el escritor Chuck Palahniuk: “Nunca sabes cuan fuerte eres hasta que ser fuerte es la única elección que tienes. Y cuando esto sucede, eres intocable”. Cierto, muy cierto. Lo que pasa es que en la vida hay más de un momento en el cual tienes que sacar fuerzas de no sé muy bien dónde. Y las sacas, vaya si las sacas, y quizá al menos por unos instantes, eres intocable. Porque hay pocas sensaciones tan gratificantes y tan plenas como el sentirse que has podido, aunque tal vez no hayas vencido. Lo que no te mata te hace más fuerte, más precavido e infinitamente más sabio.
 
 
Por cierto, si todavía no la habéis visto os recomiendo la película francesa Intocable dirigida por Olivier Nakache y Éric Toledano. Maravillosa.

jueves, 3 de octubre de 2013

La cuneta llena de cadáveres


Cuando en tu historial sentimental lo tienes plagado de cadáveres en la cuneta, está claro: eres un psicópata emocional.
 
Normalmente estos especímenes van de relación en relación –de cadáver en cadáver-, prácticamente como los monos, que no sueltan una rama hasta tener otra bien cogida. Como todos los psicópatas empiezan con ‘piezas menores’ para luego terminar con su ‘peculiar obra de arte’. Y, ¿cómo es que consiguen tantas víctimas? Pues porque pasan desapercibidos, porque son encantadores, cercanos, ilusionistas del amor y porque las consecuencias de sus actos solo afectan a la persona que tienen al lado. Nadie va a encontrar marcas físicas en tu cuerpo, pero ándate con los ojos bien abiertos porque son lobos con piel de corderos. Darán tal zarpazo a tu vida que es posible que tú también termines en una cuneta.
 

No se suelen conformar con sexo fugaz, ellos son más de relaciones estables para así poder desplegar toda su sintomatología con cada una de sus ‘victimas’. Se van sofisticando con los años, pero en el fondo siguen repitiendo patrones. No olvidemos que la seducción es la base que permite el acto psicopático y se produce mediante una transferencia donde la propuesta del psicópata encuentra su sitio en las necesidades del otro, porque son muy hábiles para detectarlas. En la seducción el psicópata necesita que el otro esté de acuerdo, para lo cual usa su persuasión y su encanto... Pueden llegar, incluso, a mimetizarse durante mucho tiempo con su pareja para transferirle ‘sus deseos e ilusiones’ que jamás, jamás serán reales y así cuando cometa ‘el homicidio’ poder sentirse un poquito menos culpable (al fin y al cabo ella estaba de acuerdo)
 
Todas las relaciones están cortadas por el mismo patrón, claro que hay con algunas que se esmeran más y las terminan bordando. Llenan las mentes de las futuras difuntas de deseos, ilusiones, de ganas porque huelen las carencias como alimañas, para luego torturarlas antes de arrebatárselas todas de golpe. Me recuerda al toro de lidia: los cuidados en el campo, el engorde para luego terminar en una plaza de toros, medio desangrados con una espada clavada en el cogote. …  Y hala otro cadáver para la cuneta. Y así suma y sigue.
 
No te confíes de su apariencia, no confíes jamás en sus palabras. Será capaz de dejarte sin nada, será capaz de todo, porque los psicópatas emocionales no pueden empatizar jamás con el dolor que infligen, una vez que dejas de ser su objeto de deseo y se cansa del juego, para ti será demasiado tarde porque habrás caído en sus redes y te conviertes, irremediablemente, en el siguiente cadáver.

martes, 24 de septiembre de 2013

Donde el corazón te lleve


Porque hay lugares a los que nunca se llegará sólo con la razón. Porque el corazón tiene razones que la razón no entiende. Porque el corazón es el motor de la vida. Porque lo que hoy siente tu corazón, quizá mañana lo entenderá tu cabeza. Porque no se ama verdaderamente sino cuando se ama sin razón. Porque un corazón roto, siempre, tiene la capacidad de regenerarse. Porque sin corazón nos volvemos serés despiadados. Porque hay veces que de corazón preferirías no tener razón.
 
Por eso y por mil cosas más, quizá, deberíamos ir más a menudo donde el corazón nos lleve.

jueves, 19 de septiembre de 2013

¿Olvidar y perdonar?


Nunca he sabido muy bien la diferencia entre perdonar y olvidar. Quizá porque no soy una persona rencorosa. Quizá porque hasta ahora ni tan siquiera me había parado a pensarlo. Quizá porque siempre he confiado en que el tiempo, de alguna forma, pone todo en su lugar o tal vez porque nunca he creído que fuera posible el perdón sin el olvido.
 
Perdonar no es olvidar, es aceptar sin resentimiento ¿Pero es esto posible hacerlo de corazón? Evidentemente, depende de lo que haya que perdonar y a quién y por supuesto también del tiempo… No es que crea en el odio injustificado, pero sí creo que es lícito e inevitable como un sentimiento de rechazo ante un dolor infligido. Tampoco creo en la venganza, aunque sí me gustaría pensar que la vida al final pone a cada uno en su lugar. Con lo años me he vuelto incrédula sobre lo de 'todo se paga en esta vida' porque a la vista está que en muchos casos hay algunos que se escapan de rositas, como hay otras veces que pagan justos por pecadores.
 
Perdonar no exige poner la otra mejilla o exponerse con la herida abierta, tampoco nos obliga a ser amigos de quienes nos traicionaron. Ni amigos ni enemigos. Hay incluso quienes necesitarían más de un perdón, pero bueno en esos fangos no me meto que para eso ya está la conciencia de cada uno. Por eso, prefiero perdonar a que me perdonen porque así al menos uno tiene la oportunidad de recobrar la paz, la tranquilidad y el equilibrio. Ojalá en la vida no hubiera nada que perdonar, nada que lamentar y nada que olvidar.
 
 
Perdonar no quiere decir que olvidemos.  Nunca se olvida del todo. Tampoco creo que uno pueda plantearse perdonar como si estuviese conjugando un verbo, simplemente ocurre, simplemente deja de doler. Si lo piensas, es fácil perdonar, pero no tan fácil olvidar que has tenido que hacerlo...
 
Así  de profunda estoy hoy (y ahora me voy a dar un baño a ver si se me pasa).
 
 

viernes, 30 de agosto de 2013

La carta de Pepe


Ayer no hubo más hombre para mí que Pepe. Me explico:  mientras realizaban trabajos de catalogación del Museo de la Alhambra apareció, escondida en un artesanado mudéjar de una antigua iglesia de Granada, la carta de amor que un tal Pepe escribió a su amada en 1921 ¿Por qué sacar a la luz en un telediario una noticia así?? 92 años tampoco es tanto tiempo, y el vocabulario utilizado era tosco, nada del otro mundo. Todavía si fuese un papiro....
En la era de las redes sociales, donde el teléfono sustituyó a la carta, el email al teléfono y el whatsapp a todo, ¿nos emocionamos con una carta de amor? Pues me parece que sí. Ayer recordé las primeras cartas de amor que recibí de un chico del pueblo de mi familia. Y las encontré. Qué tiempos aquellos. Echo de menos cómo nos comunicábamos entonces o quizá lo que eche de menos, un poquito, es esa época. Los primeros besos, las mariposas en el estómago, el tonteo previo y esas palabras de amor.
Ahora lo abreviamos todo: las palabras, las declaraciones, las despedidas. Poco sitio queda para hacer las cosas como Dios manda, con su poquito de sentimiento, de romanticismo, de tacto, de todo. Es lo que tiene la vida moderna. Desde luego hemos salido ganando en muchas cosas... Estamos tan comunicados para decirnos tan poco.

Ayer si me dan a elegir me hubiese quedado con Pepe y su carta, esperándole en una iglesia con artesonado mudejar en algún pueblo de La Alpujarra. 

lunes, 19 de agosto de 2013

De vuelta


Hoy he vuelto a la oficina. En realidad no la terminé de dejar del todo. Casi mejor ni comentarlo. Pero aun así he disfrutado. Ha sonado el despertador trempanísimo. La perra me ha mirada con cara de pocos amigos y ambas hemos bajado a rastras a la calle. Aún era de noche. De camino a la ofi la sensación ha sido extraña, me he sentido extranjera en mi propia ciudad. No sabría explicarlo bien, pero todo ha sido raro y hostil desde primera hora. Brusco el encuentro con la hija de la quiosquera (quiosquera ella también) a la que me veo últimamente dándole demasiadas explicaciones sobre mi vida a unas horas… Y en mi afán por esquivarla, he recibido un: bueno, ya me contarás si ya te has echado novio, que mira que qué mala suerte tienes con los hombres ¿¡¡¡¡¡¡??? Me he parado en seco: no, no te lo voy a contar, de eso nada guapa… Se me han ido agolpando malos pensamientos y peores palabras en la boca (y mira que estoy positiva leñe) pero he mirado hacia abajo y me he encontrado con los ojitos de mi peludita. Nadie mira con ojos de cordera como ella (salvo el marido de la hija de la quiosquera que nos mira así a todas…) Se me ha pasado la mala leche matutina y hemos seguido a lo nuestro: unos pises en sitios con olores me imagino que estupendos (para ella, yo de siempre he preferido el WC)
 
Y escuchando a Sabina y sus ‘Peces de ciudad’ he llegado a la agencia. He saludado al portero, él como siempre me ha soltado un: buenos días guapa (mirándome delantera y trasera), a mí se me ha levantado una ceja, también como siempre. Y nada, una vez que culo y manos se han acoplado perfectamente en sus puestos me he dado cuenta de lo poco que me apetecía estar ahí!!! Jajaja. Pues eso, que hoy me siento extranjera en una tierra un poquito hostil.
 
Esta podría ser yo en algún momento de la mañana
 
 

martes, 13 de agosto de 2013

Bajo el sol de... Suiza


Quería irme, poner kilómetros de distancia. Más que vacaciones era una necesidad vital. Probarme a mí misma, ponerme un reto y saber que puedo. Después de un periplo mental por diferentes ciudades de Europa, incluso por algún que otro crucero y volver loca a la agencia, a mis amigas y a mí misma, terminé en Suiza y en la Selva Negra de Alemania, y a estas alturas no sabría decir por qué. Me fui sin saber el recorrido, con un grupo organizado donde no conocía a nadie y con una maleta que ni hecha por mi peor enemigo. Pero ahí estaba yo. Y es que no hay nada mejor en la vida que confiar.
 
Nada más llegar al aeropuerto descubrí lo mejor del viaje, dos personas maravillosas que me adoptaron desde ese momento para aún después de haber llegado seguir a su lado. Llegada a Suiza. Ola de calor africano. Maleta con ropita más bien de entretiempo, ni unas chanclas. El gel se desparrama en el trayecto y me deja con la mitad del fondo de armario y 3 bragas, literalmente. No pasa nada. Ataque de risa porque a otra del grupo le ha pasado lo mismo pero con la espuma del pelo (la ropa pelín tiesa). Monísimas y preparadísimas (jajaja) en una Suiza tan civilizada, tan limpia, tan verde… Que por primera vez me siento algo parecido a una perroflauta. Y es que también se me olvidó la crema suavizante del pelo… jajaja una cucada vamos.
 
Sería difícil resumir las sensaciones que han sido muchas, sería difícil hablar de las ciudades sin antes situarme en un mapa, sigo sin enterarme mucho de por dónde he estado… Pero estuve, pude, lo hice. Confié. Y llego llena de verde en las pupilas, con los pulmones repletos del aire fresco de los Alpes, con el regusto en el paladar de las mil cervezas y de otros tantos chocolates. Y aunque no sepa muy bien por dónde he estado (nada propio en mí), sí que sé dónde estoy ahora.
 
En la tierra de Heidi el ritmo es más pausado, la gente no grita y los perros no ladran. El 80% de la población masculina está como un queso (nunca mejor dicho) y es súper educada, pero les falta sentido del humor, les falta pasión, de algún modo, les falta vida.
 
Me he traído unas vistas maravillosas, mil risas, las piernas llenas de moratones por la bajada de algún monte al que nunca antes me hubiera atrevido a subir y todavía me dura la resaca de un botellón a base de cerveza, tequila y licor de hierbas alpinas. Bajo el sol de Suiza, me he dado cuenta de que habrá más viajes, habrá más experiencias y habrá más vida porque, sin duda alguna, hay que confiar.