lunes, 12 de septiembre de 2011

Mi pequeña María Manía

Todo se contagia menos la hermosura. Y es muy cierto (o muy verdad como diría una amiga). Tengo una perrita adorable, riquísima, buena, buena y raruna, raruna. Yo creo que la pobre se ha contagiado de las rarezas y manías de sus dueños ¡¡Y anda que no tiene para elegir!! Ella, eso sí, les ha dado su toque perruno. Mi pequeña peluda María Manía alucinada me tiene.

En esta última detectada,  la sofisticación no ha tenido límites, atentos: la perra vomita a las horas de haber sido sacada por alguien que no son sus dueños. Vaya meses de volvernos locos, de llevarla al veterinario, meses pensando que familiares, amigos o la portera dejaban que comiese cualquier cosa del suelo (los muy imprudentes…) Yo ya con la cabeza disparatada imaginando lo peor, pero no qué va. La perra se pone 'mala' si la saca alguien 'nuevo'. Jodia eh???? Pobre debe asociar el abandono que sufrió con el que la saquen de su casa gente que aunque conoce no es habitual. Y es que mi perra es muy de orden y rutinas. Ojo que entiendo perfectamente que tiene que ser un trastorno para ella, pero lo del vómito supera a mi lógica de somatizaciones.

Como nos tiene comida la moral, porque tan pequeñita con tantas manías pues es para comérsela y te mueres de la risa, ahora resulta que su bolitas (buenísimas y carísimas) no se las come del todo si no la jaleamos: Anda bonita cómete las bolitas (a la vez que hacemos que suenen en su cuenco) y se las come. Bueno se las come si no haces ningún ruido en la cocina porque al menor movimiento acompañado de ruido de platos o abre-cierra de puertas pues se pira. Como se pira si por la noche en el salón nos ponemos a hablar en un tono más fuerte de lo que ella, considera acústicamente aceptable. Por supuesto, tampoco le gustan las películas de violencia, miedo... y también se pira a su cesto. El que por cierto está que se cae a cachos y que no puedo cambiar porque ella sólo quiere ese, y debe ser buenísimo para coger el sueño porque mi perrita ronca como un camionero (igual un día hasta lo pruebo)

Intento poner ‘la razón humana’ en sus ‘manías caninas’, y me da ternura como ha adoptado las nuestras y las ha perrunizado y ahora son tan suyas como nuestras.

En fin, mientras sólo sea eso…





jueves, 8 de septiembre de 2011

Pues vaya por Dios

Pues eso, vaya por Dios: ¿Dónde se quedaron las vacaciones ya? Si casi no tengo ni tiempo de recordarlas. Qué lejos quedó el mar y el verde inconfundible de las tierras del norte; ¿qué fue de esos caminos inmensos donde al respirar se te llenan los pulmones y las pupilas de vida? Porque ahora, levanto la vista y en el horizonte sólo veo asfalto y mugre  ¿Qué estarán haciendo ahora en esos prados las vaques y las chivis? (pues pastar, claro, -que ya de tanto ensoñar parezco boba-)

Todo un año esperando las vacaciones y qué rápido pasa todo. Dos duchas, dos inhalaciones de contaminación pura, dos gritos y listo: se acabó lo que se daba, se acabó el verano. Da igual que siga haciendo calor, da igual que hasta el 21 de septiembre sigamos en esta estación, da igual que siga bebiendo tintos de verano (bueno esto igual no da porque termino más animada...) He llegado al trabajo y culo y dedos han encajado a la perfección en la silla y en el teclado.

Para mi 'de siempre' el año empieza en septiembre, como en el cole; pero este año tengo la sensación de que todo continúa, que las vacaciones sólo han sido un momento (maravilloso eso sí). Ya pasaron, ya estamos todos en Madrid y si falta alguien desde luego no se le echa de menos...

Un verano más y un año más por delante. Me quedo con el sabor agridulce que me deja el haber podido disfrutar y el tener un sitio donde volver. Eso ya es mucho.

Bienvenidos a todos!!