jueves, 19 de abril de 2012

Ovejas en la cama

El otro día hablando con una amiga sobre el miedo y la incertidumbre generalizados que hay, me comentó que ella se sentía como si hubiésemos retrocedido en el tiempo más de 30 años. Y que tal era esa sensación que ni harta a valeriana conseguía dormirse con lo cual había empezado a hacer lo que le decía su abuela de pequeñita, contar ovejas. Esta es parte de la conversación:

Amiga ovina: Es que no te lo puedes ni imaginar!!! De tanto contar ovejas han terminado quedándose todas en mi cama.
La miro con los ojos como platos (y no es para menos)
Ella que sigue:… Con su pelo, sus ojos saltones (sus ovejas los tienen así) sus dientes roídos, sus pezuñas y su mal olor.
Yo que ya no aguanto la risa: ¿Y no has pensado que igual la oveja es mucho y es mejor un corderito tipo Norit?
Amiga que me mira raro: No te rías!! Que no puedo ni tener relaciones con mi marido en la cama!!
Yo: jajajajaja
Mi querida amiga histérica que hace amago de levantarse.
Yo: Hombre…  Que no es tan malo, siempre podrías podrían ser elefantes. Jajaja

Finalmente le consigo arrancar unas risas (porque, la verdad, ya me estaba preocupando). Nos pedimos unos vinos y brindamos a  la salud del Rey (y porque mi amiga deje de ver ovejas, claro)

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