Desde hace unas semanas, padezco de un extraño síndrome que no consigo clasificar, podría ponerle varios nombres como: 'No me toques las narices o en su defecto, los huevos', ' dejadme en paz, cojones', ' y tú, qué?' o simplemente, 'si me queréis irse'. Todo esto acompañado de un síntoma clave: una verborrea incontrolable que me hace vomitar lo primero que pienso como si se tratara de un látigo con punta de fuego. Cero tacto, cero compasión. Tremendo, tremenda. Me he convertido en una niña muuuyyy mala. Esta no soy yo o sí...
Igual no es un síndrome y es algún tipo de posesión demoniaca u hormonal gravísima. No lo sé. El caso es que ando preocupada y con un carácter de mil demonios, que hace prácticamente imposible que tenga un sólo día tranquilo y sin ninguna discusión, porque no es que me meta en todas, es que yo soy el origen de todas.
No sé si esto es un regalo de Dios o el demonio para el nuevo año, (por cierto por qué demonio se escribe en minúscula? (será porque hay muchos). Joder, otra cosa que tengo que investigar o empiezo a poner Dios sin mayúscula.
1 comentario:
Dios es un minúsculo personaje que un día decidió robar un mayúsculo protagonismo a su homólogo en el averno. Ahí empezó todo. Y el podre demonio, que es un ángel, aún no sabe cómo explicar el mal carácter de Dios. Sólo pide ¡que le dejen en paz, cojones!
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