2011!! Suena a ciencia ficción. Recuerdo cuando era más 'jovencita' y pensaba: 'me gustaría ver por un agujero cómo estoy en el año 2000' Uff, pues ya ha pasado una década de aquella cifra que parecía tan lejana... Y miro hacia atrás y en el espejo buscando las cicatrices que el tiempo me ha dejado y claro las encuentro y pienso: 'tocada sí, pero ni mucho menos hundida' Queda tanto por vivir.
Cada 31 de diciembre y después de tomar las doce uvas, le he pedido varios deseos al nuevo año, luego los he quemado, con la esperanza de que alguno se cumpliese. No sé si mis deseos se han materializado o no, a lo largo del año me voy olvidando de ellos. Este año no he pedido nada en concreto, en ese momento exacto en que lo tenía que hacer no me vino nada a la cabeza, me quedé con la mente en blanco y con la boca llena de uvas. Solamente me venía una cosa a la cabeza: 'que todo fluya'. Y así debe de ser, que nada se quede estancando, que todo siga su camino, su proceso, que el movimiento cree movimiento. Todo lo demás vendrá solo y si tiene que venir...
¡¡Así de profunda he comenzado el año!!
(Y ahora me voy de compras que ya han empezado las rebajas, a ver si se me pasa)
2 comentarios:
(El comentario anterior lo he eliminado porque tenía una errata imperdonable. Será el chispazo).
Comentario: Es curioso, pero cuando mastiqué la primera uva empezó a fluir la corriente de un enchufe que, hasta entonces, había estado 'callado' el muy... Entonces noté cómo una corriente... alternativa me movía en otra dirección a golpe de látigo. Cuando abrí los ojos una bella mujer me besaba en los labios, después me levantaba y terminábamos subidos a un sueño horizontal.
Ahora, que estoy de compras también, no me olvido de la uva número 12. La mejor; la puerta de entrada a una década que sólo pienso dejar fluir sin ninguna interferencia.
¡Salud1
El número 12, es genial. La uva vigésimo segunda es la mejor, sin duda... y la que más tiempo permanece en la boca mientras engulles a las otras 11. La uva nº 12 es la más resistente,la más deseada, la que precede a la emoción que trae la última campanada.
Me gusta, no sé igual me dejo de llamar Candela y paso a ser 'La última uva'.
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