Todo pasa en la vida, lo bueno y lo malo (afortunadamente). Desde que uno ‘ejerce de adulto’ parece como si se encadenasen ‘los marrones’, algunos incluso se prolongan más de lo debido. Cuando no es un problema es otro. Las cosas buenas saben a poco y la tranquilidad se convierte en uno de los bienes más preciados. Me decía un amigo: “por muy larga y oscura que sea la noche, siempre vuelve amanecer”. También es cierto que lo que no acaba contigo te hace más fuerte o al menos te aporta una experiencia (aunque para ser sincera prefiero aprender de otra manera).
Todo esto viene al caso, porque mientras me lo permitan las fuerzas (y los planetas…) voy a intentar tomarme todo más tranquilamente, con filosofía y algo más de optimismo. No me pondré grandes objetivos ni tan a largo plazo, sólo día a día y como mucho semana a semana. Evidentemente me seguiré indignando por miles de cosas, pero eso es inevitable, sino no sería yo.
Así de positiva estoy hoy!!! Será que me ha sentado de maravilla irme de puente… o que hoy por fin he recibido una buena noticia que estaba esperando hace mucho tiempo. Las cosas buenas por pequeñas que sean siempre hay que celebrarlas (aunque sea con un gritito interior o con un post).
1 comentario:
...porque en eso consiste ejercer de, o serlo, en tener la capacidad de disfrutar de las pequeñas cosas. De esos breves detalles, tan duros como para sostener el sentido de una cadena, el sentido de una vivienda alquilada por miles de historias mínimas, o un edificio de pisos coronados por una azotea bien amueblada.
Disfrutar del instante es mucho más que un tópico, es la consagración (creo yo) de un todo que marcha por su camino... Ese que conscientemente se hace al andar, pero tambien al pausar.
Fdo.: Min
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