Nunca digas nunca jamás. Nunca juzgues. Nunca digas este
culo no es mío ni de esa agua no beberé. Porque más pronto que tarde terminarás
como los peces en el río, que beben y beben y vuelven a beber.
Pero qué bonito es que la vida te demuestre que lo que
antes hubiese sido nunca ahora es más que tal vez. Qué maravilla poder ser tan
flexibles para tragarnos todo y probar lo que antes nunca te hubieses
permitido. Qué bonito es que alguien que nunca te hubieras imaginado te
emocione hasta los huesos, te haga temblar, te robe el sueño y atrape tus
pensamientos. Tan imposible como cierto. Tan inalcanzable como hermoso. Tan
difícil y tan real. Una canción suena de fondo.
Never say never...
Never say never...
No hay comentarios:
Publicar un comentario