martes, 3 de diciembre de 2013

Bienvenida Mrs. Robinson


Llevo una temporada de sarao en sarao y de fiesta en fiesta. No a la Ava Gardner más bien currando como una ‘pringuin’. O lo que es lo mismo: cero glamour y a tope de ojeras. Pero como dice mi jefe, no estoy para decir que no...
 
Días enteros rodeada de un equipo de jovencitos en los que jamás me hubiera fijado -salvo para recordarles que merienden-. Hasta que una de mis hormonas le dio por revolucionarse, y así de un modo casi frenético contagiar al resto. Resultado: hormonas totalmente alborotadas. En mitad de esta rebelión interior, sofocada y aturdida, levanté la vista o mejor dicho miré con otros ojos. Vi. Y me vieron.
 
Los hombres jóvenes realmente son refrescantes, claros, directos, tiernos. Su piel, su olor, su tacto es diferente. No se andan por las ramas. Cuando me refiero a hombres jóvenes hablo de hombres de veintitantos… Sí, sí, sí. Increíble. No me avergüenza en absoluto. Tengo claro lo que hay y lo que no también. Pero, ¿cómo resistirse a tremenda tentación si realmente tampoco tienes por qué? Mirar de frente, sin ruborizarse y descubrir que gustas y no solo a uno sino que tienes donde elegir además… Oh my God! No, no me voy a convertir en una auténtica cretina, ni tampoco en una Anita Obregón cualquiera, es lo bueno de mi edad y de ser consciente de ella. Desde el más absoluto asombro, sólo puedo sentirme halagada.


No ha pasado nada y a la vez ha pasado tanto. Sigo siendo yo, pero ahora el espejo me devuelve un reflejo mucho mejor, más nítido y con más color. Con esto no quiero decir que necesites de un hombre joven, o no tanto, para sentirte mejor, en absoluto. Pero de vez en cuando, sólo de vez en cuando, todas deberíamos 'poder' sentirnos así.

 

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Qué no ha pasado nada y a la vez ha pasado tanto? Pues ya me contarás con pelos y señales guapa que me tienes en un sin vivir. Ya sabes que yo te apoyo en todo. ¿Más de un jovencito? Jajajaja, tenía que haber ido contigo.
Un beso
C.