domingo, 28 de julio de 2013

In Memoriam


Durante unos años fui tripulante del AVE. Estos días he vivido intensamente la desgracia del tren Alvia de Madrid-Ferrol. Y no dejo de pensar que esto nos podía haber pasado a cualquiera. En un segundo, en una curva, tantos sueños rotos, tantas vidas sesgadas. Tanto dolor y tanta pena. Hoy más que nunca pienso que la vida merece un homenaje.

Me han venido a la mente mil recuerdos, mil sonidos y otros tantos olores de una época de mi vida que creía tan lejana… Estos días parece que el tiempo no hubiera pasado. Entré en el AVE en 1995, era la tripulante más joven de las líneas de alta velocidad. Nos llamaban el cuerpo de élite de RENFE. Un trabajo con horarios imposibles, donde no existían ni las fiestas ni los fines de semana ni las vacaciones en verano. Tus compañeros se convertían, irremediablemente, en tu familia. En aquella época terminé mi carrera, hice un master, me casé, me compré una casa. Comencé a trabajar siendo una niña y me fui siendo una mujer para dedicarme de lleno a lo que es hoy mi profesión. Entre lágrimas y risas he recordado tantas cosas. Desde hace años, ya no hay cuerpos de élite, mis compañeros se recorren las vías de toda España, en AVES, Talgos y Alvias. En un Alvia como el que iba al Ferrol este pasado miércoles. He vuelto a hablar con muchos de ellos, sólo puedo decir una cosa: os echo de menos.

Todo mi apoyo y mi cariño a los familiares de la víctimas, a mis compañeros e in memoriam de David y Olga, tripulantes del Alvia, que ya no están con nosotros. Mi corazón está estos días en las vías.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Animo. Una desgracia así despierta muchas emociones.

Un beso enorme corazón.

C.