Ella tiene ganas de abrir la ventana y de gritar al viento: devuélveme la vida. No le
salen las palabras. Todo se le agolpa en el pecho. Mira hacia atrás y ve pasar
a cámara lenta, su pasado, su presente y todos sus sueños. Queda poco más. Una
sensación tan árida como la tierra roja de Etiopía. Hay días que incluso siente
la boca llena de arena y el aire seco la quema al respirar. De pequeña siempre se
había dicho: tanto esfuerzo servirá para
algo...
Ahora mira las estrellas desde su ventana. Con los años ha
constatado que no siempre el esfuerzo sirve para nada. Hace días que ya no se atreve a pedirle nada a
las estrellas. Sólo las mira y susurra al aire: devuélveme la vida.
Mira en los ojos y en las palabras de quien un día fue su
espejo y no reconoce nada, ni tan siquiera su propio pasado. Quizá todo fuera
tan solo un espejismo. El espejo está roto en el suelo, todavía sin recoger, ve
reflejados los fragmentos de su vida.
Un portazo los ha hecho añicos. Mira
alrededor. No hay nada, sólo la tierra roja, árida, seca y el espejo roto. Cada
día recoge un fragmento para poder reconstruir lo que fue su historia. Nada
encaja. Tanto esfuerzo servirá para algo,
se repite cansada. Y el aire tibio la envuelve y le trae el eco de su propia voz.
2 comentarios:
Uf! Me he puesto a llorar, llevo unas semanas llorando contigo.Cuanto lo siento. Solo puedo decirte que compres otro espejo y que te mires mucho, no dejes de hacerlo. Todo pasará ya verás como sí.
Un beso enorme y mucho ánimo
C.
Muchos besos, mucho ánimo.
Merce
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