Siempre he pensado que si no eres capaz de reírte de ti
mismo, mal lo llevas. No puedes tomarte muy en serio siempre porque corres el
riesgo de convertirte en un ser gris, pelín patético y muy aburrido.
No es ningún secreto que estoy pasando por un ‘socavón’ en
mi vida (por suavizarlo un poco pero es más tipo agujero negro) Pero como
gracias a ‘Dios’ tengo un sentido del humor que roza, seguramente, lo perverso,
fíjate por donde he recuperado la parte de mí que se descojonaba de la sufridora.
Crónica de una mujer independiente viviéndolo como puede:
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Sábado sin plan a la vista. Una incursión al cine
para reivindicar mi autonomía (vamos que voy sola). Película: Ayer no termina nunca de Isabel Coixet.
18,00h. de la tarde, kit de cine preparado: agua, chicles y Kleenex. Puerta de
cine: lo han chapado. Vista perdida, a punto de hacer pucheros, me da un ataque
de risa. Seguramente Ayer no termina
nunca, no es ahora mismo lo que más me conviene.
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Primeras noches (algunas semanas)de libertad de
menú (vamos que ceno sola): me decanto por unas conchas Codan que me han
enviado a la ofi, acompañadas de una infu digestiva (por si me atraganto). Da
igual la quinta noche termino agarrada al ‘sanitario’ y me salen pedacitos de
conchas Codan por la nariz!!!
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Siguientes noches: mi menú se amplía incluyendo proteínas.
Cortezas de cerdo, acompañadas de aceitunas, copita de vino y queso sin lactosa
para compensar. Rico, variado y con fundamento. Sin vómitos.
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A todo esto hay que sumarle que mi madre (que la
pobre tiene principio de Alzheimer) me llama, 3 ó 4 veces cada noche para
preguntarme qué he cenado… Al principio me inventaba algún menú saludable pero
en vista de que no se acordaba y a la hora volvía a llamar, confesé. No dijo
nada, pero al día siguiente me dejó en la puerta de casa un puré de verduras,
una caja de galletas príncipe y una bolsa de patatas fritas (ha debido pensar
como yo que lo mejor es un menú variado)
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Vecino chismoso que alaba las bondades de mi perra:
‘es que ni se la oye, que perra tan
buena, tan simpática, tan guapa, tantarantán… ‘Abro la puerta para que
salga la homenajeada y terminar con la charleta y, ¡ahí sale mi perra! Rebozadita en pis. Es que ella lo de la autonomía
en la que nos vemos inmersas lo lleva más bien mal y como no habla ni llora ni
lo comparte con colegas, pues ha decidido mearse encima (sin parar) ¿Cómo puede
generar tanto pies ese cuerpejo?? Un misterio
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Me toca sacar todas las mañana a las 06.30 horas a
la peludita del muelle flojo. Salgo sin sujetador, despeinada, con la férula
dental puesta (esto último resalta mi sonrisa), la mayoría de las veces sin
gafas, y el otro día con las zapatillas de estar por casa. Vamos toda una ‘It
Girl’. Y no falla cuanto peor salgo a más vecinos me cruzo.
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En el trabajo uno de mis jefes me cuenta la
tragedia que le supone tener que prescindir de la nani trilingüe de sus hijos que
cobra dos veces mi sueldo. Levanto la vista del ordenador y le suelto: ‘me la pica un pollo, de verdad’. A los cinco minutos me daba el contacto del
mejor psiquiatra de España (por supuesto amigo suyo).
Comprenderéis que no me queda otra que reírme.
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