*bitnavegante |
¿Dónde van las palabras que se agolpan con fuerza en los labios y nunca se pronuncian? ¿Qué ocurre con aquellas que guardamos sólo para nosotros? ¿Dónde se curan las palabras magulladas? ¿Y qué hay de aquellas palabras inútiles, tullidas, palabras sin eco? ¿Dónde se entierran aquellas que conformaron una promesa que nunca llegó a serlo? ¿Y qué fue de otras que quedaron en muchos silencios?
Hay palabras escritas en la arena que un vaivén perezoso de agua salada las va diluyendo. Palabras bellas de bocas amadas que nunca se han dicho. Palabras que te arañan y devoran el corazón. Hay otras que se quedan como cicatrices y con el mal tiempo se abren y sangran como la primera vez. Palabras memorables que se convierten en dulces recuerdos. Hay palabras en forma de disculpa que con los años uno aprende y asume que jamás serán pronunciadas. Palabras que te cambian la vida y otras que sólo perduran un momento. Palabras no dichas que te retumban dentro por la ausencia... Palabras en gritos, malsonantes, necias, inoportunas. Palabras en susurros, de amor, de chismes, de cuentos. Palabras como dardos envenenados. Palabras obscenas que encienden chispas de pasiones más obscenas y oscuras. Las hay incendiarias y las hay tan provocadoras que instan a otras tantas. Palabras pensadas como únicas y sin embargo mil veces dichas. Algunas, incluso, se venden al peso. Palabras cómplices, amables, sabias, asombrosas. Algunas son pronunciadas por bocas temblorosas y otras acompañadas de lágrimas. Palabras que te hunden tanto que te asoman al infierno. Palabras que se agradecen en el alma y que no hace falta decirlas porque se intuyen en un gesto.
Hay ya muchas palabras que ni espero ni me creo. Pero las mejores palabras están por llegar... Palabras que ansío como ningunas otras, de una boquita párvula que me acaricien mis 'entrañas maternales' y aún estando tan lejos en el tiempo hay días como hoy que me llega su eco.