Recibo un premio en unos días por una campaña en la que
nunca creí del todo. Irónico. Me la repampinfla. Ni sé dónde se celebra,
ni tengo preparado discurso, ni tampoco vestido. Creo que a mi jefe le voy a matar a disgustos!!
Estoy desconocida y encantada de haberme encontrado en este
dejarme llevar. Lo bueno de cuando te pasan cosas en la vida, de esas de las de
verdad, es que todo es muy relativo y mucho menos dramático.
Este año he pasado de procesiones, de costaleros y sobre todo de penitentes. Me he vuelto a ir de vacaciones sin saber muy bien dónde
pero sí con quién. Tengo dos triangulitos blancos en el pecho donde antes ponía
‘cerrado por derribo’, que dan fe de ello.
Estoy decidida a arriesgar aunque sepa que me voy a equivocar, porque hay veces que el camino que te lleva es mil veces más interesante que el propio final.
Y mira
por dónde, emprendiendo un viaje increíble, he descubierto que el olvido no me sienta tan mal.
1 comentario:
Que orgullosa estoy de ti amiga. Ese premio te lo mereces, por la campaña y por muchas cosas más. Ponte guapa, levanta la barbilla ¡y a por ellos!
Un beso
C.
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