miércoles, 25 de abril de 2012

La voz usada

El otro día en un reportaje en el telediario, del que no recuerdo casi nada, me llamó la atención la frase del periodista: ‘…con la voz usada’. Qué hermosa. 'La voz usada', me dio para pensar en tantas frases dichas, en tantas historias contadas, en tantas y tantas palabras…

Me hizo pensar en la vida, en las ganas atropelladas, en las esperanzas desencantadas, en el corazón fragmentado, y en todos los sentimientos vividos que a veces nos  dejan la voz ronca, cansada, tanto que te quedas mudo y con un hormigueo en los labios musitas en silencio casi todo. Un rezo. Una plegaria. Un ruego que proviene de una voz usada.

No sé por qué me vino a la mente un libro: La sonrisa etrusca de José Luís Sampedro. Os lo recomiendo.

jueves, 19 de abril de 2012

Ovejas en la cama

El otro día hablando con una amiga sobre el miedo y la incertidumbre generalizados que hay, me comentó que ella se sentía como si hubiésemos retrocedido en el tiempo más de 30 años. Y que tal era esa sensación que ni harta a valeriana conseguía dormirse con lo cual había empezado a hacer lo que le decía su abuela de pequeñita, contar ovejas. Esta es parte de la conversación:

Amiga ovina: Es que no te lo puedes ni imaginar!!! De tanto contar ovejas han terminado quedándose todas en mi cama.
La miro con los ojos como platos (y no es para menos)
Ella que sigue:… Con su pelo, sus ojos saltones (sus ovejas los tienen así) sus dientes roídos, sus pezuñas y su mal olor.
Yo que ya no aguanto la risa: ¿Y no has pensado que igual la oveja es mucho y es mejor un corderito tipo Norit?
Amiga que me mira raro: No te rías!! Que no puedo ni tener relaciones con mi marido en la cama!!
Yo: jajajajaja
Mi querida amiga histérica que hace amago de levantarse.
Yo: Hombre…  Que no es tan malo, siempre podrías podrían ser elefantes. Jajaja

Finalmente le consigo arrancar unas risas (porque, la verdad, ya me estaba preocupando). Nos pedimos unos vinos y brindamos a  la salud del Rey (y porque mi amiga deje de ver ovejas, claro)

martes, 17 de abril de 2012

Una llamada... a la sensatez

He estado tentada estos días en dar rienda suelta a mi lengua viperina (como veis me he contenido) sobre ‘los acontecimientos acaecidos’  a esta nuestra Monarquía (así rimbombantemente). Sin comentarios. Todo lo que pueda decir se queda corto. Pero mira por dónde me han enviado un enlace del blog de Iñaki Gabilondo que os recomiendo: Una llamada a la sensatez. Ha puesto palabras certeras y serenas a lo que creo sentimos todos. Mejor expresado imposible.

Yo que ahora  soy reciente apolítica confesa, una pre-náufraga laboral, con una economía casera incierta más allá del mes que viene y  sin islas (fiscales) donde refugiarme… Me parece más que oportuno hacer una llamada a la sensatez de todos y para todos!!

Y que conste que me está costando callarme lo que 'se' me viene a la mente!!!!

lunes, 9 de abril de 2012

Torrijas y penitencia


Torrijopenitencia. Es el nuevo término, que resume más o menos mi Semana Santa. No me he ido de Madrid, ni física ni mentalmente (aquí incluyo las experiencias extra corpóreas). De ahí la parte de penitencia y lo que derivó en el consuelo ‘torrijil’ con maridaje de vinitos que a su vez derivó en coger el kilo que tanto esfuerzo me había costado perder (durante ‘sólo’ un mes) y ponerme la tarde del domingo de Resurrección como la niña del exorcista y sin cura a mano. Bueno, cada uno se toma la Semana Santa como puede.

Pues eso, que me he puesto tibia de torrijas y ahora hago penitencia en mis propias carnes (eso sí, paso de flagelarme que ya tengo yo bastante). Pero es que algo acorde con la fecha tenía que hacer, porque este año ni procesión, ni pelis tipo Las sandalias del pescador… Ni ná de ná.

Si soy sincera, he descansado. Al menos el cuerpo que se zampó las torrijas sí que ha descansado. La mente ha ido un poco a su bola, como siempre, mi cabecita ha hecho su viacrucis particular:

1ª estación: Yo sentenciada a una y mil penurias
2ª estación: Yo cargando con la marrones de la vida (mi cruz particular)
3ª estación:  Yo que caigo rendida ante las torrijas por el peso de los marrones (cruces varias)
4ª estación: Encuentro con el remordimiento torrijil
5ª estación: Marido que ayuda con mis marrones y con las torrijas
6ª estación: Enjuago mi boca en vino (s)
7º estación: Caigo de nuevo (gastronómicamente hablando)
8ª estación: Consuelo a mis amigos porque hacen lo mismo que yo
9ª estación: Torrija al canto
10ª estación: Me despojo de mis vestiduras (básicamente porque ya no quepo)…

Y así hasta la 15ª estación que es la Resurrección a la que aún no he llegado!!!

(Por favor que ninguna persona se sienta ofendida por las metáforas. Son sólo eso)