Más de un mes sin escribir. Es mucho. Y no es que no me
hayan pasado cosas dignas de mención!!! Llevo una vida al límite digna de las heroínas
más intrépidas de las mejores películas de acción. Al límite: de fuerzas, de
ganas, de paciencia, de cansancio, de mala leche acumulada… Y como esas
protagonistas intento dar esquinazo a mis villanos particulares que la verdad
se reducen a mis jefes y a un montón de cifras que no me terminan de cuadrar, pero
de eso no voy a hablar, no vaya a ser que me oiga ‘La Prima’ y se vaya a poner
más en riesgo de lo que está. ¡Qué vida tan interesante la mía!!! Cuánta acción.
Claro que yo preferiría ser la prota de un telefilme de esos
de serie B (o Z) que emiten los fines de semana al mediodía tipo: Perseguida hasta el catre, La heredera de las praderas o incluso Oscura obsesión. Ahí queda eso!
Siempre me pasa lo mismo, llega el verano y yo desfallezco,
llego sin fuerzas, arrastrándome como una gusanilla hasta
vacaciones. No veo más allá. Tacho los días del calendario. Hoy en lugar de
ponerme la ropa interior casi me pongo el bikini. Y es que es
ahora cuando los lunes son más lunes y los fines de semana duran lo que un helado.